El independentismo se pierde por el lenguaje

Elisenda Paluzie , presidenta de ANC , afirmó que «hay que acabar lo empezado» y culpó al Estado de la violencia. Marcel Mauri , presidente de Omnium , se refirió a una «ciudadanía movilizada» para luchar contra «la represión del Estado». Y Roger Torrent , presidente del Parlamento , elevó su voz para denunciar a «los nazis armados».

Queda claro por todas las declaraciones de los líderes del independentismo que lo que está sucediendo en Cataluña es culpa de grupos violentos de ultraderecha, de infiltrados policiales y del Estado español. La CUP , los CDR , Tsunami Democrático y la extrema izquierda nacionalista y antisistema no tienen ninguna implicación en los estragos, las hogueras y la destrucción que vemos cada noche.

Nada de lo que sorprenderse porque la esquizofrenia en el discurso del independentismo catalán ha llegado a niveles insuperables al verse retratado en un espejo que opta por romper porque la imagen reflejada no le gusta.

Sus dirigentes prefieren aferrarse al mantra del pacifismo y la desobediencia civil cuando son ellos quienes llevan alentando durante siete años a las masas a salir a la calle y rebelarse contra el Estado con una ideología xenófoba y antidemocrática.

Les hemos visto decir que hay que apretar cuando ha habido disturbios en la calle, han incidido mil veces en el tópico de que España les roba , han animado a desobedecer las leyes y las sentencias, han utilizado el Parlament para instigar el odio , han insistido en que Cataluña es víctima de un Estado fascista , han mirado para otro lado cuando eran asaltadas las sedes de los partidos constitucionalistas , se han apoderado de los espacios públicos, han manipulado la educación , han multado a quien utilizaba el castellano y han hecho de TV3 un altavoz sectario de sus reivindicaciones. Y ahora pregonan que son los ultras quienes salen todas las noches para amedrentar a la población. Resulta imposible ser más cínico y más hipócrita.

Como ha sucedido en todos los regímenes totalitarios, el independentismo catalán siempre busca un enemigo externo, que es el Estado español, para achacar la culpa de sus errores y sus frustraciones. Mientras, los líderes del procés siguen idealizando a las bases nacionalistas , que representan la suma de todas las bondades y que, por lo tanto, son pacíficas y respetuosas por naturaleza, aunque los hechos demuestren lo contrario.

Por mucho que pretendan engañar a los suyos, lo que está quedando en evidencia estos días es la responsabilidad directa de Puigdemont, Torra, Junqueras, Forcadell, los Jordis y la cúpula nacionalista en esta ola devastadora de violencia que ellos han generado, impulsado y justificado con su hoja de ruta y su estrategia política.

Pretender que no tienen responsabilidad alguna en estos sucesos es como hacer creer que Hitler no tenía nada que ver con las agresiones a los judíos de los que llevaban las camisas pardas o la cruz gamada. Cuando uno atribuye todos sus errores a los otros, está sembrando la semilla del odio y la violencia. Lo escribió Tzvetan Todorov y tenía mucha razón.