El exjefe policial Eugenio Pino implica a Cosidó en la operación Kitchen

Según las fuentes jurídicas consultadas por ABC, Pino, que está imputado en esta pieza separada del caso Villarejo, ha señalado que despachaba con Cosidó sobre ese operativo desplegado entre 2013 y 2015 para sustraer documentación al extesorero del PP Luis Bárcenas a espaldas del juzgado.

A preguntas de la Fiscalía Anticorrupción, ha expuesto que él mismo le informaba de los detalles, acusación que ya vertió ante el juzgado el año pasado cuando señaló que Cosidó le dio instrucciones específicas de que Asuntos Internos no interviniese en el tema. En esta jornada, no obstante, ha dicho que ya no recuerda si fue él o fue Martínez quien le dijo que obrase así y, en todo caso, ha rebajado su participación en el operativo aduciendo ahora que lo único que hizo fue autorizar el pago de un confidente.

En dos años de investigación, el que fue responsable político de la Policía no ha aparecido en este asunto: Las pesquisas siempre han apuntado a que los mandos policiales involucrados reportaban a Martínez , haciendo un puente sobre Cosidó. Además, el propio Pino ha señalado que siendo director de la Policía, nunca recibió a Villarejo, que pedía cita constantemente. Sólo se vieron una vez, de acuerdo a su versión, porque el comisario le abordó en una escalera so pretexto de que conocía a un hermano suyo.

En todo caso, que Pino le señalase como la persona que pidió excluir de la Kitchen a Asuntos Internos, llevó al abogado del exjefe de esta unidad, Marcelino Martín Blas, que está imputado, a solicitar que fuese citado como testigo . La solicitud aún está pendiente de resolución por el juzgado.

El otrora uniformado de más rango dentro de la Policía acudía de nuevo a declarar para esclarecer si los mensajes protocolarizados por el exsecretario de Estado Francisco Martínez ante dos notarios que implican al exministro Jorge Fernández Díaz son auténticos.  

Parte de esos mensajes, según Martínez, no habían sido redactados por Fernández Díaz sino reenviados tras recibirlos de un tercero que, por el contenido, podría ser uno de los agentes implicados en la operación. Pino, igual que el comisario Enrique García Castaño, que también ha declarado este lunes, ha incidido en que esos mensajes no parecen proceder de un policía.

En su opinión, un agente habría dado trato de «ministro» a Fernandez Díaz y no se habría referido al asunto en términos tan coloquiales como especulativos. En todo caso, no fue él, según ha dicho, quien escribió al exministro sobre el tema : Dice que sí tuvo encuentros con él de forma puntual, pero nunca en relación a Kitchen ni a nada que se le parezca.

García Castaño, en la misma línea, ha asegurado que él no envió ningún mensaje a Fernández Díaz y ni siquiera llegó a tener «nunca» su teléfono o a despachar con él. En su opinión, esos textos le debieron llegar «de arriba» , es decir, de la esfera política, porque tal y como están escritos, parecen manejar información «de oídas».

Por ejemplo, en el que versa sobre el volcado de unos dispositivos de Bárcenas que el propio García Castaño recogió del confidente y volcó en un portátil para Martínez, el mensaje habla también de un iPad que no ha aparecido en toda la causa. Eso le lleva a pensar que quien fuera, no tenía información sobre el terreno de lo que estaban haciendo los policías ni formaba parte del despliegue.

García Castaño tiene descartado a Cosidó, pues en línea con lo que ha venido señalando en otras comparecencias, si bien por sentido común siendo el siguiente a Pino en la cadena de mando se puede presumir que tuviera información, él con quien despachaba de estos asuntos era directamente con Martínez : ni con el director general ni con el ministro.

Pino también tenía una relación fluida con el secretario de Estado, como acredita la ingente batería de conversaciones que los investigadores han encontrado en el móvil que le intervinieron. De hecho, parte del interrogatorio ha versado sobre estos chats, como el revelado el domingo por ABC en el que el exDAO vendió a Martínez, por si le servía en su defensa, la teoría de que la detención de Villarejo fue una «excusa» para conseguir quitarle las grabaciones de Corinna Larsen.

Preguntado por este asunto, el exjefe policial ha ratificado lo que dijo a Martínez en esos chats: que habló con el director del CNI, Félix Sanz Roldán para advertirle de que Villarejo tenía las cintas «en un zulo» y además, copias «por todo el mundo», de acuerdo a las fuentes jurídicas consultadas por ABC.

Pino lo expone como un servicio al Estado -«yo prohibí a Villarejo que se metiese en ese tema»-, mientras las fuentes consultadas consideran que amagar con la difusión de las cintas era chantaje del comisario en toda regla , en el que de este modo, habría participado también el exDAO: Su propuesta era «taparlo como fuera».