Suscribete a
ABC Premium

Luis Herrero - PINCHO DE TORTILLA Y CAÑA

El fin del espejismo

«¿No formaba parte de la obligación de Rajoy haber calibrado mejor el riesgo de que su apuesta por la debilidad del adversario, nos trajera hasta aquí?»

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Consejo de Ministros de ayer EFE

LUIS HERRERO

Durante el poco tiempo que duró el espejismo de la rendición de «Puchi» tuve la tentación de rendir el juicio y ser indulgente con la parsimonia del Gobierno. Mis convicciones se tambalearon. Yo siempre había creído que la determinación de los independentistas era insobornable. No ... tenía ninguna duda de que iban en serio. La secuencia de los acontecimientos era inequívoca. Primero Artur Mas le cedió el testigo de la Generalitat al alcalde más doctrinario de su partido. Después el Parlament aprobó eso que dimos en llamar remilgadamente «la hoja de ruta» hacia el desastre. Luego, los consellers dubitativos fueron arrojados por la borda y sustituidos por bizarros acólitos de toda confianza. A continuación se aprobaron las leyes sediciosas del referéndum y la transitoriedad. Y finalmente sobrevino la machada del 1 de octubre.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia