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Cataluña sigue instalada en la anormalidad política y social

El secesionismo acosa al disidente, se apropia de lo público y utiliza las instituciones para sí

Manifestantes independentistas el día del pleno de investidura de Colau REUTERS | Vídeo: El pasado lunes, Ada Colau volvió a colgar un lazo amarillo en la facchada del Ayuntamiento de Barcelona (ATLAS)

A la espera de conocer la sentencia del Tribunal Supremo que juzga a los líderes (no fugados) del proceso secesionista ilegal que culminó en octubre de 2017, los ciudadanos de Cataluña siguen inmersos en un aterrizaje de una experiencia social, económica, familiar y, desde ... luego, política que no habían vivido nunca. El Parlamento de Cataluña está prácticamente paralizado y los partidos independentistas amenazan con volver a intentar una ruptura de la legalidad por las bravas. El ámbito secesionista se organiza para el siguiente pulso al orden constitucional. Cataluña sigue instalada en la anormalidad.

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