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La Barcelona triste de Ada Colau

Colau heredó una Barcelona próspera, alegre, abierta al mundo, y se presenta a las elecciones con una ciudad parada, que duda de sí misma y sin ninguna expectativa estimulante para proyectarse hacia el futuro

Imagen de una calle del Raval, barrio barcelonés donde ha repuntado la inseguridad INÉS BAUCELLS \Video: Iglesias dice que Colau es la "garantía" de la izquierda
Salvador Sostres

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«Hay algo que en cualquier país civilizado sería imposible y lo vi el viernes en Barcelona. Eran seguidores de Ada Colau pegando sus carteles en las paredes de edificios municipales, donde la la propaganda electoral está prohibida. Y aunque su lema es «Alcaldessa!», no ... es verdad. Ha querido serlo, pero no ha pasado de ser una activista . En los últimos cuatro años Barcelona no ha tenido «una gestora que quisiera mejorar la sociedad sino una activista que ha querido cargarse el sistema». Lo afirma Manuel Valls , que pone otro ejemplo para culminar su argumento: «Ni una sola vez en sus cuatro años la señora Colau ha visitado la SEAT, que es la empresa más importante de Barcelona, no sólo por el número de trabajadores y de jubilados que genera, sino por lo que invierte en investigación sobre ecología y movilidad. Esta clamorosa ausencia explica su relación con la empresa, con el medio ambiente y con la movilidad, que son aspectos fundamentales en cualquier ciudad, pero que como ella es una activista antisistema y no le sirven para su revolución, pues no le interesan y no los atiende».

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