El asesino del pequeño Álex se mudó a Lardero a principios de año tras autorizarlo el juez
Almeida sortéo los 16 seguimientos que le hizo la prisión desde que obtuvo la libertad condicional en 2020
Francisco Javier Almeida, el presunto asesino del pequeño Álex , se mudó a la calle Río Linares de Lardero –el lugar del crimen– a principios de este año, una vez que el juez de Vigilancia Penitenciaria autorizó ese traslado. El preso que estaba en libertad ... condicional desde abril de 2020 había solicitado un cambio de domicilio al centro penitenciario de Logroño en diciembre. La cárcel realizó un informe de seguimiento de esa petición y la remitió al juez, que le dio el visto bueno, según confirmaron a ABC fuentes penitenciarias.
Almeida, no se sabe si de forma planificada o por qué motivo, decidió cambiar su lugar de residencia, pero sin incumplir las medidas que le había impuesto el magistrado en su auto de libertad condicional, entre ellas la obligación de residir en el domicilio facilitado que estaba en la capital riojana, participar en programas de inserción laboral, observar las reglas de conducta y pasar cada dos meses un control ante el Servicio de Penas y Medidas Alternativas. No se saltó ni un solo paso y sorteó sin contratiempos los controles e intervenciones de quienes se encargaban del seguimiento de su condicional.
Entre abril de 2020 y el pasado septiembre el centro penitenciario de Logroño realizó un total de dieciséis intervenciones o actuaciones para velar por las medidas que había fijado el juez. Poco después de ser excarcelado –cumplía condena por agresión sexual y asesinato y había disfrutado de 39 permisos desde 2013 – comunicó su incorporación a un trabajo, un puesto de limpiador en la empresa Osga, colaboradora de Prisiones en la inserción laboral de exreclusos.
Meses después presentó ante los encargados de vigilar sus medidas un cambio de horario en la misma empresa mientras seguía viviendo en Logroño, así como los justificantes de que estaba haciendo frente al pago de la responsabilidad civil a la que fue condenado por el crimen de Carmen, la empleada de una inmobiliaria en 1998. A finales de 2020 fue cuando pidió permiso para cambiar de vivienda. Eligió un moderno apartamento en el bloque número 5 de la calle Río Linares de Lardero, a menos de cuatro kilómetros de la capital riojana, frente a un colegio.
Durante el año pasado se le hicieron cinco actuaciones de seguimiento por parte del Centro de Inserción Social (CIS) de la prisión donde se llevan a cabo los programas de verificación por parte del asistente social y algún funcionario destinado a ese cometido. Y es además a ese CIS al que el preso tenía que acudir cada dos meses para someterse al control.
Desde que se mudó a Lardero y hasta el pasado septiembre se le había sometido a once intervenciones o actuaciones en el mismo sentido. En todas el presunto asesino de Álex presentó tanto los recibos del pago de la responsabilidad, como la nómina que cobraba, el contrato laboral que tenía y el contrato de alquiler.
Cambió de teléfono
Dado que se había producido un cambio de domicilio un agente de la condicional –la plaza no existe como tal pero existen funcionarios en segunda actividad y coordinadores que se ocupan de ese cometido– se trasladó hasta la nueva vivienda del preso y comprobó las condiciones.
Francisco Javier Almeida no tenía ninguna intención de que le revocaran su libertad y se esmeró en ser especialmente escrupuloso con cada una de las condiciones. Una de sus últimas notificaciones a los encargados de vigilar esa condicional fue un cambio de número de teléfono.
A su vecina Yamiliana, que vive con su marido en el segundo piso de ese bloque y que había estado varias veces en su casa con su pareja, ajena a que era un expreso, también le comunicó que cambiaba de teléfono. En el antiguo, la foto que tenía en su perfil era la de una inocente hada. Yamiliana decidió bloquearlo en sus contactos hace un par de meses después de que él le insinuara que quedaran a solas y a la mujer le parececiera que era una propuesta inconveniente .
La prisión y el juez sabían que el condenado por agresión sexual (dos veces) y por asesinato (una) se había trasladado de casa. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad lo ignoraban, si bien no tenían por qué estar al tanto según las condiciones impuestas al preso en su libertad condicional.
La denuncia de otra niña
Esa explicación legal no basta para apaciguar la indignación y el pesar que se ha instalado en Lardero donde en cada esquina se escucha que el crimen de Álex se podría haber evitado y donde no cesa el runrún de que habían sucedido hechos preocupantes, entre otros que Almeida llamara a niñas en el parque.
Sin embargo, la única denuncia formal que consta se interpuso el pasado lunes, cuatro días antes de los hechos cuando una menor fue abordada por un individuo en la misma calle en la que vivía el asesino haciéndose pasar por el padre de otra pequeña y la invitó a subir a su casa para jugar con su hija. La niña describió a un hombre de unos 47 o 50 años, español, de complexión normal y pelo gris.
Nadie apuntó a Almeida. Nadie sabía que un condenado por agresión sexual y asesinato vivía a dos pasos, y estaba en libertad condicional. La Guardia Civil y la Policía Local alegan que con esa descripción el individuo que abordó a la cría podía ser cualquiera y que se intensificó el servicio de un coche patrulla en las jornadas siguientes a la entrada y salida del colegio.
A los padres de Álex, a toda su familia y al barrio entero esas explicaciones no los consuelan . Para ellos el cazador estaba al acecho y actuó en cuanto tuvo la oportunidad. Almeida, que se acogió a su derecho a no declarar ante la juez, está en la prisión de Logroño y se le imputa un delito de homicidio de manera indiciaria, a falta de los resultados de la autopsia y de los informes de Criminalística, entre otras pesquisas.
El domingo fue traslado a la misma cárcel de la que salió en libertad condicional con tres años de pena por delante. Se le ha puesto un preso de apoyo y aplicado el protocolo de prevención de suicidios, las medidas normales en casos tan mediáticos y tan horrendos como el crimen de Álex. Previsiblemente será trasladado a otro centro. De hecho, su anterior condena la cumplió de forma mayoritaria en El Dueso donde siguió un curso de reeducación sexual. Sin ningún aprovechamiento, a la vista de lo ocurrido.