¿Alguien lee la letra pequeña?
«¿Alguien se lee la letra pequeña?», pregunta con malicia el portavoz de un grupo de oposición que ve al Gobierno haciéndose trampas en el solitario en episodios como el cierre sin control judicial de páginas web a través de la Ley de Economía Sostenible ( ... LES); o en la ya famosa proposición no de ley (PNL) que, por error, extiende la retirada de crucifijos a los colegios privados y concertados religiosos. Cierto que son incidentes distintos: uno es fallo de coordinación entre el Ministerio de Cultura y el resto del Ejecutivo; el otro, un error del grupo parlamentario, pero ambos revelan un mal común que ha vuelto a encender las alarmas en el PSOE y en sus apoyos: falta control de calidad.
Por partes. Ya en origen, no todo el mundo en el partido ve con buenos ojos, por «rimbombante», promulgar una ley de Economía Sostenible (LES). Se critica «sotto voce» a Zapatero por lo mismo que cuando creó el Ministerio de Igualdad: son conceptos demasiado transversales como para abarcarlos en una ley o un cargo. Y algo de eso empezó a verse en la presentación que hizo el presidente del Gobierno el miércoles al Congreso. «A mi me llegan los 200 folios del anteproyecto de ley el día antes del debate, martes, y esa tarde ya me mandaron correcciones», ironiza sorprendido a ABC el portavoz del PNV, Josu Erkoreka. No fue el único sorprendido. El portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, vio atónito al día siguiente cómo Zapatero no sabía de qué le hablaba cuando le espetó desde la tribuna de oradores que busque ahora su apoyo cuando el Grupo Socialista acaba de «descafeinar» completamente la proposición de ley de Morosidad de CiU, vía enmiendas, precisamente porque quiere incluir en la LES esas medida de apoyo a pymes y autónomos.
«Señor Sánchez Llibre, dialoguemos sobre morosidad; permítame que recabe toda la información de sus argumentos», replicó Zapatero para salir del paso. Al terminar el debate ordenó al portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, que se reuniera con Sánchez Llibre para desbloquear el asunto. No se puede permitir que CiU rechace la LES pues el apoyo del nacionalismo moderado catalán, tradicional interlocutor de los empresarios, dará más credibilidad a la estrategia sostenible en el mundo financiero. Alonso y el convergente se vieron al día siguiente, jueves, y han acordado desbloquear el asunto, lo cual representa un alivio en las filas socialistas. Sí, pero, una vez más, a rebufo de los acontecimientos, lamenta un diputado socialista.
Algo parecido ocurrió el jueves con el episodio del cierre de páginas de descarga de Internet sin control judicial. «Siempre ha habido control judicial y siempre lo va a haber», dijo contrariada fuera de micrófonos la vicepresidenta primera cuando salía de la sala de ruedas de prensa de La Moncloa acompañando a Zapatero tras anunciar éste la marcha atrás. El problema es que eso no es lo que dice la letra pequeña del anteproyecto de ley -adjudica el cierre a la Comisión de Propiedad Intelectual- y, de hecho, la ministra Angeles González-Sinde se negaba a ceder ante la presión de los blogueros. Y tres cuartos de lo mismo sucedió el mismo miércoles con el episodio de la proposición no de ley en la que el PSOE se suma a ERC para instar al Gobierno a retirar los crucifijos de todos los centros escolares, sin distinguir. La redactaron a mano y firmaron el diputado de ERC Joan Tarda y el socialista Luis Tomás.
En el grupo atribuyen la no distinción por parte de Tomás a un despiste, también con la letra pequeña. Lo cual no quita un ápice de gravedad a lo ocurrido porque vuelve a demostrar la descoordinación en el núcleo dirigente socialista, tanto en el Gobierno como en el grupo parlamentario, y entre ambos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete