«Yo estuve en Puerto Hurraco y desde entonces no recuerdo nada igual»

Los equipos de socorro relatan la noche de angustia vivida tras el brutal accidente

«Yo estuve en Puerto Hurraco y desde entonces no recuerdo nada igual» efe

cristina sánchez

«Íbamos celebrando el pase a la fase final y, cuando me di cuenta, había una excavadora en la carretera; el autobús la intentó esquivar y al final acabamos volcando. Yo me vi dando vueltas y me tuvieron que ayudar, porque estaba mareado y me ... tumbé en el suelo. Luego cogí un móvil que vi por allí, porque había perdido el mío, y llamé a mi padre para decirle que habíamos tenido un accidente gordo y que viniesen a por mí». El escalofriante relato es de Jesús Esteban Pérez Tena, uno de los niños de 14 años del equipo de fútbol-sala de Monterrubio de la Serena que en la noche del jueves volvió a nacer . Eran las 21:22 de la noche del jueves...

Solo ocho minutos después, las ambulancias ya recorrían las calles de Castuera rompiendo la paz que cualquier noche de diario. Por la mente de los vecinos, inquietos, asomados a los balcones de sus casas y pegados a sus teléfonos móviles, pasaba la tragedia de Puerto Hurraco , ocurrida hace ahora 24 años y que conmocionó a toda la comarca de La Serena.

«Ya se preveían muertos»

«A las 21.25 horas recibimos el aviso del 112, que informaba de un accidente de tráfico a tres kilómetros de Castuera. Ya se preveían muertos, pero la sorpresa fue cuando llegamos allí y vimos que los fallecidos eran niños», explica a ABC Paqui Balsera, responsable de enfermería del centro de salud de esta localidad, que esa noche estaba de guardia.

Ángel Delgado, uno de los bomberos del Parque de la población, estaba cenando con su familia cuando recibió la llamada de sus compañeros. Como tantos otros profesionales de la zona que no tenían turno de trabajo, decidió sumarse de inmediato al dispositivo de emergencia y avisó a su mujer de que no estaría disponible en toda la noche.

«Yo estuve en Puerto Hurraco y desde entonces no había visto algo igual», recuerda este bombero con 18 años de servicio, quien reconoce haber vivido situaciones mucho más arriesgadas y complicadas en términos técnicos, pero emocionalmente, nada comparable al accidente del equipo de fútbol infantil Ayuntamiento de Monterrubio, en el que cinco niños han perdido la vida cuando regresaban a casa después de jugar un partido en Herrera del Duque. «El recuerdo de esas cinco criaturas te puede marcar para siempre. Ahora que tengo familia me pongo en lugar de esos padres…».

El camión de bomberos de Castuera, que da cobertura a más de veinte poblaciones, incluida Monterrubio de la Serena, llegaba al lugar del accidente a las 21.30 horas, solo cinco minutos más tarde de recibir el aviso. Otras dos dotaciones se trasladaron procedentes de la localidad de Don Benito.

La Policía Local fue la primera en personarse, y se dispuso a cortar el tráfico en la carretera. «Me sorprendió cómo funcionaron todos los medios: estaban la Cruz roja, Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil (incluso de Mérida); un despliegue de esa magnitud en una zona rural», asegura uno de los agentes, quien describe la situación como «algo horrible» : «Había gente tumbada en la carretera, tirándose de los pelos…». Juan Díaz, el jefe del Parque de Castuera, califica el accidente de «muy radical», por el contraste en la gravedad de las víctimas: «No es común que haya cinco muertos y solo heridos leves».

Cuando alcanzaron el kilómetro 3 de la carretera que une Castuera con Puerto Hurraco, los bomberos se encontraron con un microbús volcado sobre costado en la calzada, de unos dos metros de altura. «Había tres fallecidos visibles en la parte exterior del autobús y dos debajo del vehículo», relata Ángel Delgado, que se encargó de sacar a los heridos que quedaban dentro del autobús, pues muchos ya estaban fuera y en «estado de shock», según la enfermera de guardia que los atendió: «No se oía nada, ni un llanto… nada», rememora. Casi de inmediato, Cruz Roja montó un hospital de campaña donde un grupo de psicólogos voluntarios, de la Mancomunidad de la Serena y de ayuntamientos cercanos, estuvieron atendiendo a los familiares de las víctimas. «Aquello era un reparto de tranquilizantes, aunque un padre prefirió no tomar nada: dijo que prefería estar consciente», explica Vicente Caballero, el jefe médico de guardia del centro de salud de Castuera. «Intentamos reanimar a los tres menores en parada cardiorespiratoria, sin éxito: ya habían muerto», se lamenta.

Traslados

En vista de que ya no se podía hacer nada por los menores fallecidos, los servicios sanitarios se centraron en los heridos, 13 en total, tres mayores y diez niños , de los cuales todos están dados de alta excepto dos menores, cuyos casos no revisten gravedad, y el acompañante del conductor, de edad avanzada. Los heridos fueron evacuados al dos al hospital de Talarrubias y el resto al centro de salud de Castuera, desde donde se derivaron al hospital de Don Benito, en 30 minutos.

La edad de las víctimas y el hecho de que prácticamente todos los vecinos se conozcan en una pequeña población como ésta, provocó que el dolor y la consternación se multiplicaran. El destino estaba ahí, esperando de forma cruel y en una recta interminable a estos chavales, compañeros en el instituto de Castuera y muchos de los cuales se conocían desde la época de la guardería.

Para muchos, el fútbol-sala era su diversión, por eso era habitual que visitarán poblaciones de la comarca los fines de semana para enfrentarse a otros rivales. Y, como sucedió el pasado jueves, solían acudir en el mismo autobús los equipos cadete como infantil para aprovechar el viaje y ereducir costes.

«Yo estuve en Puerto Hurraco y desde entonces no recuerdo nada igual»

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