El rompecabezas del PP
El peligro de perder las dos principales instituciones madrileñas preocupa en la sede popular de Génova
El rompecabezas del PP
El PP tiene dos problemas en Madrid . Y sus dirigentes lo saben. La región, que durante décadas ha mantenido una hegemonía popular absoluta elección tras elección, se enfrenta a los comicios de mayo de 2015 entre malos augurios y peores encuestas. Muchos dudan de ... las posibilidades de la alcaldesa Ana Botella para revalidar la mayoría absoluta de sus antecesores. Y el mazazo de la imputación de la esposa del presidente regional Ignacio González no ha hecho más que enturbiar también las posibilidades de éste para encabezar la lista de la Comunidad.
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Lo cierto es que ninguno de los dos parece tener despejado el panorama. En el caso del presidente regional, ya se albergaban dudas por su perfil, más técnico y gris que el de la sobresaliente Esperanza Aguirre . Pero la imputación de su esposa por la compra del ya famoso ático familiar de Estepona ha supuesto un duro golpe, opinan sus compañeros de filas populares. "Pinta feo", reconocían algunos dirigentes. Están convencidos de que, en el caso de un cabeza de lista que se juega Madrid –una plaza que es escaparate nacional y, tradicionalmente, la llave de España— "pasa como con la mujer del César, que además de ser honrada tiene que parecerlo". Creen sus compañeros que Ignacio González "sale muy tocado de este asunto, incluso aunque no le imputen".
Gestos y palabras
Con este panorama, todos los ojos estaban puestos el pasado miércoles, durante la cena de Navidad del PP en Collado Villalba , en los protagonistas de este "culebrón": nadie se perdió un gesto ni una palabra del presidente Mariano Rajoy , y cada movimiento encontraba lecturas a veces contradictorias. Para algunos, "Rajoy tuvo gestos hacia él: no eludió la foto de ambos, e incluso se saltó, a la hora de sentarse, el reparto de asientos chico-chica, y puso a su lado a Nacho".
Otros pusieron el acento en las palabras: nadie se refirió al "asunto del ático" en sus intervenciones, ni directa ni indirectamente, excepto el propio interesado, que dedicó buena parte de su tiempo a defenderse de las acusaciones recibidas. Y cuando el presidente habló, lo hizo refiriéndose a Ignacio González y a Esperanza Aguirre siempre como un tándem, uniendo sus trayectorias. "Y Rajoy no hace nada gratis", apuntaban.
La imputación de la esposa de Ignacio González ha sido un mazazo El caso de Ana Botella es diferente: heredó un ayuntamiento empantanado por sus graves problemas económicos, y ha conseguido mantener servicios a la vez que ahorraba y pagaba la astronómica deuda. Pero su mandato no levanta cabeza, y la valoración popular de su gestión es que es francamente mejorable.
Parece existir un problema "estructural": a la alcaldesa la precede su personaje. "Muchas veces se antepone el "señora de" cuando se la valora, de una manera absolutamente injusta", protestan en su entorno. Lo cierto es que a la tragedia del Madrid Arena se le han unido polémicas decisiones de gestión –incluidas huelgas duras, como la de los barrenderos– o la torpeza del " relaxing cup ", intrascendente para la eliminación olímpica de Madrid pero letal para la imagen pública de la alcaldesa. Todo unido ha hecho que dentro del partido se cuestionen la conveniencia de que intente repetir en el cargo. Prevén, si esto ocurre, "un batacazo monumental" en una ciudad que, en los últimos 24 años, no ha conocido más que gobiernos conservadores.
La incógnita Botella
Pero ¿quiere Ana Botella presentarse a la alcaldía? No es una pregunta fácil de responder: "Es probable que ni ella haya tomado esta decisión", "está muy centrada en el día a día, cree que aún falta mucho para eso", "está ilusionada con su trabajo y a la expectativa de lo que pase en el futuro". Las críticas –durísimas a veces– las lleva con elegancia: "Es una encajadora muy buena", afirman quienes la conocen. Y tiene una ventaja más: la excelente relación que la une con Mariano Rajoy. "Hay empatía entre ellos", afirman. Quizá porque "Rajoy sabe que la mayoría de los ataques contra ella vienen desde dentro, son internos. Y él también los sufrió".
«No hay costumbre»
De la eterna candidata, Esperanza Aguirre, hay opiniones para todos los gustos. Un amplio sector del PP madrileño la aceptaría encantado, convencido de su tirón conquistado con su liberalismo sin complejos. Rajoy y ella no mantienen la mejor de las relaciones –pasados, pero no olvidados, los enfrentamientos de otras épocas–, y algunos temen que quisiera hacer valer su "peso" electoral forzando al presidente a pedirle el favor de presentarse.
Rajoy: «La mayoría de los ataques a Botella son internos, y eso él también lo sufrió»La preocupación cunde entre los populares, que ven tambalearse su feudo de tantos años sin saber cómo afrontar una situación que para muchos no es solo una cuestión de personas, sino también de ciclos políticos. "La marca está tan mal, que a ver quién la recupera", explica muy gráficamente un militante con un largo currículum de cargos orgánicos a su espalda.
Pero no es solo la inquietud sobre el ticket electoral que se presente a los comicios de 2015 –con el más fuerte "tirando" en votos del otro–; también está el problema de la corrupción. En el partido se sienten incómodos con los escándalos que, día sí, día también, sacuden los cimientos de Génova, visita policial incluida. "Nos está pasando lo que hemos visto que les pasaba a otros partidos antes, pero nosotros no estamos acostumbrados a estos líos", asegura un "histórico" de los tiempos de Alianza Popular.
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