El Supremo ordena que otro jurado repita el juicio al yerno de Tous

La sentencia que absolvió a Corominas entendió que el acusado «disparó su arma para defenderse del ataque del que creyó erróneamente que estaba siendo objeto». Es decir, que actuó en legítima defensa. Según los hechos probados, los dos individuos que iban a robar en la finca hicieron «un movimiento brusco» justo en el momento en el que el acusado se estaba aproximando al vehículo en cuyo interior se encontraban. Fue entonces cuando Lluis Corominas se asustó e hizo uso de su arma. Su reacción, afirmaba la sentencia, fue «proporcionada». El veredicto de inocencia fue dictado por seis votos frente a tres.

El Supremo da la razón al Tribunal Superior de Cataluña, cuya sentencia considera «motivada, razonada y lógica», cuando éste afirmó que el veredicto del Jurado «se presentaba más como un acto de voluntad, revestido de ropaje argumental, que como una decisión fruto de un proceso racional deliberativo».

La sentencia del Supremo, de la que ha sido ponente Antonio del Moral, admite que la repetición del juicio tiene efectos negativos, como retrasar el proceso y obligar al acusado a empezar desde cero y demostrar otra vez, por ejemplo, que actuó en legítima defensa. Pero también deja claro que el nuevo tribunal no estará condicionado por ninguna de las sentencias anteriores. Al contrario, «habrá de juzgar [los hechos] en atención exclusivamente a las pruebas practicadas en el plenario sin atadura alguna y sin vinculación a las consideraciones» realizadas por el TSJC.

El Tribunal catalán, recuerda el Supremo, no declara probado que Corominas tuviera la intención de matar, ni tampoco descarta la legítima defensa. Sólo determina que las deducciones del Jurado no superan un análisis «de racionalidad». En el nuevo juicio vuelven a estar abiertas todas las posibilidades.