Las elecciones andaluzas marcan hoy el futuro de la política nacional

Ese tener que mirar hacia el sur ya es en sí mismo un factor singular de este 19-J en relación a otras citas electorales en un país demasiado pendiente de las cuitas y desafectos de Cataluña o el País Vasco. Andalucía, la comunidad más poblada, con 8,4 millones de habitantes, ha sido durante décadas un erial de sorpresas electorales, el cansino sonido de una chicharra al sol, cuando el guion fijo de las mayorías socialistas no aportaba novedades a la cartelera política española, hasta que en 2018 saltó la sorpresa. Ahora, los analistas quieren ver en esta cita electoral un indicador de futuros cambios políticos , sobre cuestiones como la salud del sanchismo, las opciones del nuevo liderazgo de Feijóo en el PP, la proyección de Vox en su misión nacional, el galimatías de la izquierda radical o la supervivencia de Ciudadanos.

Las elecciones andaluzas tienen como precedentes las madrileñas de mayo de 2021, con el holgado triunfo de Isabel Díaz Ayuso , y las del pasado 13 de febrero en Castilla León, que propiciaron un Gobierno de Coalición del PP de Fernández Mañueco con Vox. Posteriormente se precipitó el cambio de liderazgo de los populares con la salida de Pablo Casado y la llegada de Núñez Feijóo a la dirección nacional del partido en el congreso de Sevilla. El PP andaluz salió de allí reforzado con los nombramientos de Elías Bendodo y Juan Bravo en la dirección nacional y se puso de manifiesto la complicidad del expresidente gallego con Juanma Moreno , ubicados ambos en el sector moderado del partido. Por todo ello, este 19-J también es un termómetro en la secuencia electoral de triunfos del PP en las elecciones autonómicas y un indicador del peso de las baronías en el Partido Popular, así como el primer registro electoral de su nueva dirección.

La jornada electoral juzga también hoy el valor de unas encuestas que han coincidido por lo general en los resultados pronosticando un triunfo del PP andaluz, algo que no se producía desde la mayoría insuficiente que obtuvo Javier Arena s en las elecciones de 2012. Esta coincidencia en los sondeos condicionó desde su inicio la campaña electoral. Todos los estudios, incluido el CIS de Tezanos , marcan un mismo patrón de resultados. Las empresas de sondeos demoscópicos se juegan hoy prestigio.

El 19-J supone asimismo una reválida sobre la popularidad de Juanma Moreno, el candidato preferido para presidir la Junta incluso en altos porcentajes de votantes que no se identifican con el PP. No es casualidad que su campaña haya sido personalista. En menos de cuatro años, encaramado al impulso de la presidencia, el candidato popular ha pasado de ser un líder cuestionado por insípido y atérmico al político andaluz más valorado. Moreno, que tiene en lugar preferente de su despacho una foto de Adolfo Suárez , al que considera junto a Clavero Arévalo referente, ha hecho de la moderación su rasgo de identidad política, centrando su espacio ideológico, conjugando valores conservadores con guiños socialdemócratas en un medido andalucismo institucional.

Los andaluces evalúan hoy también el cambio político de 2018 que llegó por sorpresa, subido a lomos de una carambola matemática, y que hizo presidente a Moreno con el peor resultado del PP andaluz. Aquellas fueron unas elecciones adelantadas por la entonces presidenta socialista Susana Díaz . La pírrica victoria del PSOE permitió un Gobierno en minoría de PP y Ciudadanos con Moreno al frente, apoyado en la investidura por Vox, que irrumpió por primera vez con fuerza en unas autonómicas al obtener 12 diputados.

Con una pandemia que centró todas las urgencias de la gestión durante media legislatura, el «cambio» andaluz se ha evidenciado en lo ético y lo estético , centrado sobre todo en el potencial económico administrativa que tiene la Junta, la gran factoría, para dar la vuelta a atávicos déficit de la región , con el desempleo como su mayor herida abierta. Andalucía tiene ante sí el reto de la gestión de los fondos europeos para la recuperación y el objetivo de comandar la reivindicación de una reforma de la financiación del Estado que acabe de una vez por todas con los desequilibrios territoriales. Tan evidente es que hay conciencia de que ha cambiado la gestión andaluza como de que el tiempo ha sido insuficient e para que este cambio proyecte toda la transformación que se presentía en aquel tsunami político andaluz.

Casi cuatro años después, Juanma Moreno y su vicepresidente Juan Marín son los únicos cabezas de listas candidatos a presidir la Junta que se mantienen al frente de sus formaciones. Susana Díaz es senadora por la comunidad tras ser desbancada en unas primarias exprés de la Secretaría general socialista andaluza por el actual candidato socialista Juan Espadas . Vox, tras un triple cambio de portavoces en el Parlamento, señaló a Macarena Olona como candidata con el objetivo de convertir a Andalucía en el escalón más importante de su aspiración a formar parte de un futuro Gobierno en España. La ruptura de la original confluencia de IU y Podemos, Adelante Andalucía, que dividió en dos el grupo parlamentario ha evidenciado las dificultades de unidad en ese espacio político con sendas formaciones: Por Andalucía, con Inmaculada Nieto (IU) como cabeza de cartel, y la nueva Adelante Andalucía de la anticapitalista Teresa Rodríguez .

Sin embargo, Moreno y Marín, socios de un Gobierno que ha marcado una inédita estabilidad a término en una coalición PP-Ciudadanos acuden a la cita electoral en diferente circunstancia.

Siguiendo la estela de las encuestas, la incógnita de la jornada es saber si Moreno conseguirá una mayoría suficiente para gobernar en solitario, para lo que tendría que sumar más que todas las izquierdas juntas. Vox ha mantenido durante la campaña que no permitirá siquiera con una abstención de su grupo parlamentario la investidura de Moreno si no están en el próximo Gobierno. Olona lo dejó claro en el último debate: «aunque sea por un diputado de diferencia». Tampoco el PSOE permitirá esa investidura, según ha reiterado en campaña Juan Espadas; ni lo hará la izquierda de Por Andalucía, cuya candidata ha cambiado de parecer durante la campaña que inició admitiendo que su grupo reflexionaría al respecto. El bloqueo parlamentario, que se experimentó en el rechazo al último presupuesto de la Junta , ha sido un recursos de campaña para todas las formaciones

Otra duda a despejar hoy es la de la representación que tendrá Ciudadano s, socio del «Gobierno del cambio», con 21 diputados en la Cámara andaluza. Tras los fracasos de Madrid, 1 diputado, y Castilla León, donde no consiguió representantes tras haber sido parte del gobierno regional, el 19-J andaluz dejará claro si la crisis de identidad del partido pesa más que su gestión y lealtad en el Gobierno andaluz.

A nadie escapa que este 19-J se proyecta asimismo como un examen al sanchismo. El presidente del Gobierno Pedro Sánchez se ha volcado en la campaña asistiendo a numerosos mítines y todo el Gobierno ha estado movilizado por la campaña andaluza. La jornada sirve de consulta también sobre el modelo que prefieren los votantes para superar la situación de inflación y crisis, el modelo andaluz, que tiene en la bajada de impuestos y la simplificación administrativa sus bazas, o el de la Moncloa con las recetas de la exconsejera andaluza María Jesús Montero.

Espadas reconocía este viernes a horas del cierre de campaña que la cita electoral llega para él como para su partido «en un escenario muy complejo y de mucha dificultad». Espadas sabe que tiene en los 33 diputados obtenidos por Susana Díaz hace cuatro años el nivel que decide si su liderazgo ha supuesto un impulso o una rémora al partido. Sea cual sea el resultado asegura que seguirá comandando el PSOE-A en un proyecto a largo plazo, pero sabe que Díaz, significativamente ausente durante la campaña, reivindicará el espacio de los suyos en el partido, tanto como que Ferraz se arrogará el éxito y le endosará a su casillero la responsabilidad de todo lo que suene a fracaso.

También esta cita electoral sirve de laboratorio para el proyecto político que proyecta la ministra Yolanda Díaz a la izquierda del PSOE. Aunque Díaz no ha querido que se le relacione con la confluencia exprés de Por Andalucía, creada específicamente para esta cita electoral, el experimento es similar al que propone. Díaz vino a Sevilla a bendecir el liderazgo de Nieto y se ha volcado al final en la campaña. No será ajena por tanto a sus resultados.

Todos los partidos estarán pendientes de los datos de participación ante el riesgo de una abstención favorecida por el éxodo a las playas tras una tórrida semana o las celebraciones del Corpus. El voto por correo se ha duplicado con respecto a 2018.

Un total de 6.641.828 andaluces deciden hoy quienes le representarán en la legislatura que se abrirá con la constitución del Parlamento andaluz el 14 de julio, pero su decisión irá más allá como plebiscito a la situación política en general. Ningún líder podrá abstraerse a este mandato andaluz.