El presidente, a la caza de inversores en Davos
Es muy loable que Sánchez intente vender los atractivos de España, pero demonizar a los empresarios e intervenir precios y beneficios no parece la mejor carta de presentación
El Foro Económico Mundial de Davos celebra esta próxima semana su 52 edición con una reunión en la que los principales líderes mundiales del ámbito político, empresarial y de la sociedad civil abordarán los principales problemas a los que se enfrenta el planeta bajo en ... lema 'Cooperación en un mundo fragmentado'. La pandemia, y ahora la guerra han supuesto una vuelta atrás en esos avances hacia la globalización que parecían haber llegado a un punto de no retorno. La nueva geopolítica y la cada vez mayor concienciación sobre los efectos del cambio climático hacen que producir allí donde es más barato, para luego trasladarlo a Occidente, no parezca ya tan buena idea como hasta hace poco. Como también ha dejado de tener sentido la enorme dependencia energética de otros países, ahora en el bando enemigo, como Rusia. Apostar por volver a producir en Europa y reducir la dependencia de países con regímenes políticos poco fiables, como China, o aumentar la independencia energética de la Unión son tendencias que poco a poco se están instalando en nuestro entorno y que tienen impacto en la economía mundial. El primero de ellos, la fuerte inflación que se ha desatado en Europa, pero también en EE.UU., y que está produciendo un empobrecimiento de los pueblos y un aumento de las desigualdades.
Allí estará nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que, según ha difundido el departamento de comunicación de Moncloa, dará prioridad a las cuestiones económicas «para exponer el atractivo de España como destino de inversión» y para ello mantendrá encuentros con directivos de grandes grupos industriales, tecnológicos, logísticos y financieros. En concreto, Pedro Sánchez se verá con directivos de Dow Chemical, así como con el presidente de Air Liquide y el presidente y el consejero delegado de ArcelorMittal. También se reunirá con el consejero delegado del fabricante de microprocesadores Qualcomm, y con los máximos ejecutivos de Envision y el gigante del transporte marítimo de mercancías Maersk. El ámbito financiero aprovechará su presencia en Davos para verse con el consejero delegado de BlackRock, Larry Fink, y con el máximo ejecutivo de Mubadala, el fondo soberano emiratí.
Hasta aquí nada que objetar. Más bien todo lo contrario. Una de las principales funciones de nuestros gobernantes es vender nuestro país por el mundo y atraer inversiones, que crean riqueza y permiten mejorar la vida de los ciudadanos. El problema es que es difícil atraer inversiones cuando luego en casa el mensaje que está mandando el Gobierno de coalición es que los empresarios y los fondos de inversión son unos aprovechados que se forran con la inflación y que lo que hay que hacer es intervenir los precios y los beneficios. Es difícil que los fondos, especialmente los inmobiliarios, vengan a invertir en España cuando estás negociando una ley con tus propios socios de gobierno para poner topes a los precios del alquiler. Difícilmente vas a atraer inversiones y la llegada de altos ejecutivos si en lugar de ponerles una alfombra roja, como intenta hacer el gobierno de la comunidad de Madrid, le pones la zancadilla.
Aplausos, por tanto, al intento del presidente de que grandes empresas y fondos apuesten por España, pero para ello lo primero que tiene que hacer es cambiar sus políticas, dejar de intervenir el mercado y dar seguridad jurídica a quien se deje aquí su dinero. Y eso difícilmente se va a conseguir con Podemos en el gobierno.