España, líder en absentismo laboral en Europa

Además, según refleja un estudio de la mutua Umivale Activa en colaboración con el IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas), el porcentaje de absentismo muestra una tendencia creciente en la mayoría de los países europeos, pero mucho más acentuada en el caso español. Así, mientras en el conjunto de Europa el incremento es de 0,6 puntos porcentuales, en España el crecimiento supera los dos puntos, duplicando la tasa de 2014.

El coste de este absentismo se sitúa de media en la UE en el 1,2% del PIB, y España vuelve a superar esa media, con un 1,4%, colocándose solo por detrás de Países Bajos y Alemania, que gastan un 2% de su PIB en pagar prestaciones por Incapacidad Temporal y Suecia (1,5%). Además también en este caso, el incremento del gasto en prestaciones en nuestro país, que casi se duplica en los últimos ocho años, es muy superior al aumento medio en la UE, que ha sido del 20%.

Los investigadores señalan que mientras en España se vivió una etapa de caída del absentismo entre 2007 y 2012, coincidiendo con la crisis de la Gran Depresión, desde entonces no ha parado de crecer con una evolución muy dispar entre comunidades autónomas, y con mayores tasas en las regiones del norte peninsular.

Cuando uno se pregunta qué hay detrás de estas cifras, por qué se han disparado, la respuesta es compleja. Es una realidad que en épocas de crisis, cuando hay temor a perder el puesto de trabajo, el absentismo se reduce. Igual que es una realidad que es más elevado en el sector público, entre los funcionarios que tienen el empleo garantizado, que en el privado. De hecho, en 2012 el entonces ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, aplicó penalizaciones en los sueldos públicos para las incapacidades temporales, que luego se eliminaron en 2018, en principio en un intento de reducir esas bajas por incapacidad temporal.

Sin duda, la solución no es penalizar las bajas, cuando estas se deben a enfermedades reales, sino castigar los abusos. Además hay que investigar por qué se está produciendo esta situación.

Si realmente esta evolución creciente del absentismo se debe a un empeoramiento de la salud de los trabajadores, sin duda es muy preocupante, y tanto las Administraciones, como las propias empresas deberían tomar medidas. El sistema sanitario español siempre se ha concebido como uno de los mejores del mundo y no podemos permitirnos el lujo de que esto cambie. Y las empresas deberían propiciar también ambientes saludables de trabajo. Por último, hay que mejorar el control de las incapacidades, y el anuncio de la firma de un convenio con las autonomías para derivar procesos traumatológicos a las mutuas parece una buena noticia que puede ayudar a mejorar el control de estos procesos.