El tributo al plástico envuelve en la incertidumbre a las empresas
A 15 días de su entrada en vigor se desconocen los detalles de su aplicación
Los plásticos de un solo uso estarán gravados
Un nuevo tributo caerá como una losa en las empresas del gran consumo. El impuesto a los plásticos no reutilizables entrará en vigor el próximo uno de enero y supondrá un sobrecoste de 690 millones de euros al año para estas compañías. El Gobierno ... sigue sin recular con su llegada, como así han hecho otros vecinos europeos, y las compañías se preparan para hacer frente a un gravamen que se suma a la amalgama de costes normativos añadidos en los últimos años. Además, aterriza en el tejido empresarial entre dudas e inseguridad jurídica por el desconocimiento de su aplicación concreta cuando faltan apenas dos semanas para su puesta en marcha.
Las empresas saben ya que tendrán que contribuir con 0,45 euros por cada kg que utilicen de estos materiales y también conocen cuáles son los productos que estarán afectados por la medida. Poco más. A escasos días de su entrada en vigor el Gobierno aún no ha publicado la orden ministerial que desarrolla la aplicación del impuesto. Lo que está generando una gran incertidumbre entre las empresas, «de cara, por ejemplo, a su declaración del primer trimestre», señalan desde la patronal de los supermercados, Asedas.
Hay más interrogantes. La asociación que representa al 75% de la superficie comercial de productos de alimentación en España (Mercadona, Lidl, Dia, Ahorramas...) también muestra inquietud por la forma en la que el impuesto gravará las importaciones de estos productos desde otros países de la UE. España es el primer país comunitario que va a introducir el impuesto y, por tanto, el único que adaptará sus sistemas al tributo. En consecuencia, temen a que los proveedores extranjeros den un trato menor a las empresas españolas ante la dificultad de aplicarlo y se acaben produciendo problemas de suministro.
También a la hora de exportar. Los supermercados aún no saben cómo podrán desgravarse el impuesto a la hora de vender algún producto al exterior. Aseguran que el procedimiento para esa devolución no es nada claro y, «a día de hoy, las empresas no saben cómo lo van a poder llevar a cabo». En total, el sector apunta a un impacto de 30 millones anuales por la introducción de esta imposición, aunque podría ser mayor por los costes administrativos, burocráticos e informáticos derivados de la adaptación al tributo. Unos gastos que amenazan ya con encarecer aún más los precios de los alimentos.
Pero la lista de afectados es mucho mayor. Empresas de alimentación, bebidas, perfumería y cosmética, droguería, hostelería, textil, ferretería o electrodomésticos también muestran las mismas dudas. El tributo afecta a un surtido entre los que se incluyen tetrabriks, preformas, bobinas retráctiles, cajas de poliestireno, además de una veintena más de artículos.
En definitiva, productos de un solo uso que estén diseñados para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías, «tanto si se presentan vacíos como si prestan la función para la que fueron diseñados».
Amalgama de costes
Con todo, el impuesto será la puntilla para unas empresas que en los últimos años han sumado más de mil millones en sobrecostes como los derivados de la sustitución de las bolsas de plástico ligeras; los sanitarios para adaptarse a la normativa Covid o incluso a otros impuestos como el de gases fluorados. El estudio Nuevos Costes Soportados por el Sector Comercial en España publicado por CEOE el año pasado, cifraba en cerca de 1.500 millones de euros los nuevos costes soportados tan solo para el comercio, una vez introducida la imposición al plástico. Unas compañías que ya tributan por el impuesto de sociedades, IVA, IRPF, IVI y una veintena de imposiciones especiales para cada sector.
Las empresas se han movilizado con fuerza en las últimas semanas para forzar al Gobierno a llevar a cabo una prórroga del impuesto como el que ha efectuado Italia (hasta el 1 de enero de 2024). La patronal de las firmas del gran consumo, Aecoc, mandó un SOS a principios de diciembre avisando de que su entrada en el actual contexto inflacionista amenaza con cobrarse empresas, empleos e inversiones.