Sánchez y Costa vuelven a Berlín con la esperanza de reactivar el proyecto MidCat

«Somos optimistas de que, dada la dimensión de la crisis en la que nos encontramos, será posible lograr una buena cooperación europea en todos los ámbitos», ha dicho Wolfgang Büchner, portavoz adjunto del Ejecutivo, al ser consultado al respecto en una conferencia de prensa en la capital alemana. Después de que Macron cargase ayer en Praga contra el proyecto, Büchner ha precisado que el canciller alemán, Olaf Scholz, también abordó el tema de la seguridad del suministro energético en la reunión de la Comunidad Política Europea y no tira la toalla. «Está completamente claro que estamos hablando intensamente con todos los socios», ha subrayado, agregando que Alemania sigue decidida a impulsar la construcción del gasoducto.

También ha recordado que durante la cumbre hispano-alemana en La Coruña y durante su última visita a Alemania, el presidente del Gobierno español ha destacado las «grandes ventajas» del MidCat, no solo para la seguridad del suministro de gas sino también para el transporte de hidrógeno verde en el futuro.

Además, Büchner ha vuelto a reiterar la posición del canciller Olaf Scholz, que sigue apoyando «explícitamente» el establecimiento de esta interconexión. «Otro gasoducto de Portugal y España a Europa Central sería un paso importante para fortalecer la seguridad energética a largo plazo en Europa, en particular en vista de una economía de hidrógeno, que es nuestro objetivo a largo plazo«, han sido sus palabras.

Con esta posición de partida, el canciller Scholz se reunirá el 14 de octubre en la Cancillería de Berlín con Sánchez y da Costa, con los que también abordará «temas de política europea e internacional, incluida la preparación de la Cumbre del Consejo Europeo en Bruselas los días 20 y 21 de octubre«. En el orden del día del encuentro figuran además «el suministro energético y la violación del derecho internacional por parte de Rusia contra Ucrania y temas de reconstrucción del país».

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En las conversaciones mantenidas en Praga, Macron se ha referido a un acuerdo vigente con Alemania, según el cual Francia entregará gas a la República Federal Alemana y recibirá electricidad a cambio, para llenar el vacío creado por el cierre necesario de sus reactores nucleares, algunos de los cuales están obsoletos. El volumen acordado debería corresponder a alrededor del 2% de las necesidades de gas de Alemania. También quiere posicionarse como exportador de gas en Europa. «Francia tiene terminales de GNL que pueden procesar gas para toda Europa», señala una fuente del gobierno francés, que insiste en que el enfoque de Francia sigue siendo la energía nuclear en el suministro de energía. La pregunta es hasta qué punto podría utilizar el gasoducto Midcat Alemania y si perjudicaría los acuerdos en vigor con Francia a medio y largo plazo, enfoque al que se dirigirán las últimas y desesperadas negociaciones.

Scholz se enfrenta en estos momentos a durísimas críticas por parte de los socios europeos por su negativa a dar luz verde a un tope al precio del gas y por las ayudas de 200.000 millones de euros que acaba de anunciar para que la economía alemana haga frente a los altos precios de la factura energética, dejando en la cuneta a los Estados que no tiene músculo financiero para llevar a cabo políticas semejantes y cuyas empresas competirán en los mercados en inferioridad de condiciones. El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki ha hablado de «egoísmo arrogante alemán» y ha advertido contra un «dictado de Alemania de la política energética». Incluso la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen ha prevenido contra una «posible distorsión del mercado» y ha recordado la necesidad de que todas las empresas tengan las mismas oportunidades en el mercado único: «la competencia debe basarse en la calidad, no en subvenciones». En este sentido, la presencia de Sánchez y da Costa arropa a Scholz en medio de la lluvia de críticas.

Sánchez y da Costa participarán además en la capital alemana en el congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PSE), al que también está prevista la presencia de la jefa de Gobierno de Suecia, Magdalena Andersson; de Finlandia, Sanna Marin y de Malta, Robert Abela, así como el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans.