Once grandes bancos de EE.UU. inyectan 30.000 millones en First Republic

Según el acuerdo alcanzado por los once bancos, las cuatro mayores entidades del país -JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo- aportan 5.000 millones de dólares; Goldman Sachs y Morgan Stanley entregan 2.500 millones de dólares; y los otros participantes -BNY-Mellon, PNC Bank, State Street, Truist y U.S. Bank- lo hacen con 1.000 millones.

«El sistema bancario tiene capacidad crediticia fuerte, liquidez abundante, capital robusto y rentabilidad fuerte», dijeron los bancos en un comunicado conjunto.

La intervención en First Republic por parte de un grupo de competidores se produce en un entorno de preocupación por la situación para bancos de tamaño mediano, como es el caso de la entidad rescatada, tras las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature. Estos dos últimos cayeron por no ser capaces de afrontar la extracción de depósitos por parte de sus clientes, después de haberse beneficiado de años de 'vacas gordas' por el contexto de tipos bajos en la economía como producto de la pandemia de Covid-19 y haber quedado en situación vulnerable en los últimos meses ante la rápida subidas de tipos impuesta por la Reserva Federal para contener la inflación, que el año pasado llegó a máximos para las últimas cuatro décadas.

Sus quiebras hundieron en bolsa al sector bancario y provocaron problemas en otros bancos medianos. A pesar de que las autoridades aseguraran a comienzos de semana el acceso a sus depósitos a todos los clientes de esos dos bancos y a pesar del intento de Joe Biden por tranquilizar a los estadounidense sobre la «seguridad» de su dieron y del sistema bancario, muchos clientes corrieron a sacar depósitos -sobre todo aquellos con montantes por encima de 250.000 dólares, el límite que garantizan los reguladores- y optaron colocarlos en entidades grandes.

Ahora, el acuerdo en parte recompone esa fuga de depósitos de First Republic por parte de los bancos que se beneficiaron de ello.

El republicano Patrick McHenry, presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, celebró una operación que da «confianza sobre el sistema bancario de EE.UU.» y se felicitó por ejecutarse «sin intervención gubernamental. Así es como el libre mercado debe operar».

Sí hubo, sin embargo, participación de las autoridades. La idea surgió de una conversación el martes por la mañana entre la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el presidente de la Fed, Jerome Powell, según han revelado varios medios estadounidenses.

Yellen habló con Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan Chase, el mayor banco del país, que compartió la idea con sus homólogos en otras entidades. El plan se acabó de concretar en una conferencia telefónica entre Yellen y los ejecutivos de banca. La secretaria del Tesoro tuvo una reunión más, esta vez en persona y antes de anunciar el acuerdo, con Dimon, que ya participó en rescates entre bancos en la crisis de 2008 y entonces aseguró que no lo volvería a hacer.

Yellen se dirigió después a una comparecencia ante el Comité de Finanzas del Senado, donde aseguró que el sistema bancario de EE.UU. era «sólido».

«Esta muestra de apoyo por un grupo de grandes bancos es muy bienvenida y demuestra la resiliencia del sistema bancario», dijeron en un comunicado conjunto el Tesoro, la Reserva Federal y la Corporación Federal para la Garantía de Depósitos.

La intervención del sector bancario provocó fuertes subidas en las bolsas, con los indicadores de referencias cerrando la jornada del jueves con ganancias cercanas al 1,5%. First Republic, que comenzó la sesión desplomado, después de haber perdido cerca de un 60% de su valor en bolsa en lo que iba de semana, cerró el día con una ganancia de casi el 10%.