ajuste de cuentas

La competencia bien, ¿y la subsistencia qué tal?

Todo indica que Air Europa no podrá permanecer como operador independiente y que su destino es ser comprada por alguien

Independencia y dependencia

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Aviones de Air Europa e Iberia en el aeropuerto de Barajas reuters

El fracaso de la fusión de Iberia con Air Europa merece algunas consideraciones. La fusión ha sido cancelada esta semana por IAG, la matriz de Iberia, aduciendo que las exigencias de la Dirección General de Competencia para autorizarla «son tan altas que deja de tener ... sentido empresarial para Iberia». La merma en la competencia y la concentración del mercado se vieron desde el primer día que se planteó la operación. En la negociación posterior con las autoridades europeas, IAG llegó a ofrecer la cesión del 52% de los vuelos de Air Europa a otras compañías. Todavía así, era un negocio para IAG porque estas eventuales cesiones crearon una gran expectación entre otras aerolíneas que le hubiesen permitido reforzar su juego de acuerdos y alianzas.

La responsable europea de Competencia, Margrethe Vestager, ha explicado que «nuestro análisis en profundidad reveló que la fusión habría afectado negativamente a la competencia en un gran número de rutas nacionales, de corta distancia y de larga distancia dentro, hacia y desde España en las que las dos aerolíneas compiten estrechamente». En relación con la cesión del 52% de los vuelos, Vestager dijo que «no abordaron plenamente nuestras preocupaciones en materia de competencia».

Los argumentos de competencia están claros y, por lo visto, han sido bien atendidos, ahora hablemos de los argumentos de subsistencia. ¿Pervivirá Air Europa como operador independiente y competitivo, brindando esas ventajas para el mercado que tanto dice apreciar Vestager?

Air Europa llegó a un acuerdo de venta con Iberia con su propiedad dividida. La visión romántica de Pepe Hidalgo, el emprendedor original que se oponía a vender al competidor contra el que había crecido midiéndose con él, no era secundada por sus herederos. En 2019, finalmente Hidalgo se rindió, consciente de que la empresa volaba con el impulso de una gestión que empezaba a mostrar flaquezas. Entonces llegó la pandemia y el cava se volvió un trago amargo.

La compañía tiene hoy un desfase patrimonial que según datos registrales está en 475 millones. Sin embargo, la cantidad bajaría a 235 millones si la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) convierte uno de los dos préstamos con que la rescató de la pandemia en 2020 que tenía carácter participativo. Además, entraron en juego en su día a día un crédito del ICO de 140 millones (parcialmente devuelto) y un préstamo de Iberia convertible en el 20% de sus acciones. Desde que en el verano de 2022 se puso al frente de la gestión Jesús Nuño de la Rosa, la empresa se ha ordenado y da buenas noticias, aunque muchas de ella son fruto de la expectativa creada por la fusión con Iberia y de la gran evolución del mercado de pasajeros. Hay un coste reputacional provocado por el caso Aldama.

Todo indica que Air Europa no podrá permanecer como operador independiente y que su destino es ser comprada por alguien. En el pasado, Iberia consiguió impedir que Air France la adquiriera para mantener su dominio en Madrid. La política de alianzas de servicios y de participaciones cruzadas complica todo. jmuller@abc.es

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