El fin del 'gratis total' en las redes sociales allana el camino del metaverso

A medio plazo, lo que se pretende es que no se puedan ver las fotografías de los influencers si no se paga previamente por este servicio. De hecho, la compañía ha comunicado recientemente que los influencers podrán compartir fotos y Reels para que sean solo visibles por aquellos que hayan pagado. Los precios oscilan entre los 0,99 y 99,99 dólares al mes. La tarifa depende de lo que estime el creador de contenidos que vale y lo que el usuario esté dispuesto a pagar. Con anterioridad, este modelo estaba implantado para 'stories' y directos. Ahora se amplía a las fotografías de publicaciones del perfil. Los nuevos suscriptores tendrán entre sus privilegios la posibilidad de chatear con sus mitos. De momento, solo se está desarrollando en Estados Unidos y se desconoce cuándo desembarcará en España.

Twitter es el espejo más cercano en el que se mira Instagram. «Las pruebas con el modelo de pago en Twitter no están teniendo mucho éxito, aunque decía Elon Musk que una de sus ideas era impulsarlo. Aludía a crear una especie de zona VIP, donde estar más a salvo de 'trolls' y 'haters' y que los usuarios vertieran opiniones e información de calidad», explica Borja Adsuara, abogado experto en derecho digital.

Para Juan Manuel Recuero, experto en nuevas tecnologías, estos movimientos de Twitter e Instagram responden a un anticipo de lo que vendrá: «En el metaverso tal vez paguemos hasta por respirar».

La tendencia de los pagos por acceder a determinados contenidos parece irreversible. «Y cada vez irá a más. Hubo un momento en que internet era gratuito, lo que yo llamo 'el salvaje oeste'. Lo que se buscaba era reconocimiento. Ahora anunciantes, publicistas y grandes marcas han visto el nicho. Y los creadores de contenido, como El Rubius o Ibai Llanos, necesitan rentabilizar su trabajo, monetizar al máximo. Son como las nuevas estrellas del fútbol», afirma Miguel Gallego Angulo, experto en redes sociales.

Estima Adsuara que tal vez «no se pueda generalizar el modelo para que pueda vivir todo el mundo de él. Pero se podrán crear zonas VIP en Instagram o en Twitter, como en los medios de comunicación, con noticias en abierto y otras de pago».

Juan Carlos Fernández Incera, fundador de Ezenit, una boutique de software, apuesta por la consolidación de los contenidos de pago en todas las redes sociales. Y aclara el motivo: «Uno de los problemas de las redes sociales es que los que están ganando dinero son los influencers y no tanto las propias marcas. Al final Instagram ponía el tráfico, los servidores… y se lo lleva otro».

Una de las poderosas razones del triunfo de las redes sociales en sus orígenes fue su mastodóntica oferta de contenidos 'gratis total'. La tendencia de los muros de pago acaba con esa realidad. ¿Pero se puede pagar por algo que una vez no costó dinero? «El usuario, igual que paga por ver Netflix o escuchar Spotify, va a tener que pagar por los contenidos patrocinados. Si consiguen un volumen de negocio masivo, los precios pueden ser bajos. Y si no fuera así, surgirán nuevas redes sociales que no vendan contenidos«, asegura Fernández Incera. «El contenido de calidad es lo que vale en las redes sociales. Ese es el mantra. Para informarte de manera instantánea lo mejor es Twitch o Twitter», señala Gallego.

¿Pero los muros de pago favorecerán un internet con dos niveles, se acaba la libertad en las redes? Según Adsuara, «va a existir una brecha entre los que se pueden permitir estar suscritos a varios medios y los que no». De parecida opinión es Miguel Gallego: «Es un muro de pago. La misma palabra, muro, ya lo indica. Es una barrera. Y se establecerán diferencias. Las redes pueden convertirse en una especie de 'Sálvame 4.0'». Recuero sostiene, sin embargo, que gracias a los contenidos premium «se podrá discriminar lo que tiene calidad de lo que no».