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El giro circular del aluminio se atasca entre los tambores de guerra comercial

El órdago arancelario de Trump y la libertad de movimientos de rivales como Turquía amenazan la competitividad del sector y la apuesta por el reciclaje y la innovación para acelerar su viaje de descarbonización

La razón del porqué las latas de refresco son de aluminio

Instalaciones de Hydro, referente en reciclaje de metales hydro
Laura Montero Carretero

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Sobre el sector del aluminio, el tercer elemento más abundante de la corteza terrestre y con un sinfín de aplicaciones, planea una nueva incertidumbre: el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% a las importaciones «sin excepciones ni ... exenciones». La medida, que entraría en vigor el próximo 12 de marzo, amenaza con perjudicar la competitividad de las empresas españolas y coincide con otro foco de inquietud, el último paquete de sanciones contra Rusia de la Unión Europea, que restringe y más adelante prohíbe el suministro de aluminio primario al Viejo Continente, que es una potencia transformadora. El bloque comunitario teme que las sanciones no tengan un impacto real y se diluyan a través de intermediarios como Turquía, que puede disponer de aluminio primario de Rusia, China o Irán (países con los que Europa tiene limitaciones) y que, encima, goza de un acuerdo de libre comercio con la UE por el cual estos productos entran sin pagar aranceles.

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