El frenazo de los ingresos complica la financiación de las medidas de Sánchez contra la inflación
El Gobierno confiaba en el vigor de la recaudación por impuestos para sufragar la factura de más de 11.000 millones en ayudas no incluida en los Presupuestos de 2023
La caída del 3,3% en los ingresos tributarios del Estado registrada en la primera mitad del año augura que la financiación extra por esta vía podría no ser suficiente
La Airef advierte de que el agujero del déficit al cierre de 2023 excederá en 15.000 millones el máximo que permite Bruselas
La Ley de Presupuestos de 2023 nació sin un solo euro de crédito presupuestario para sufragar el coste de la prórroga de las medidas contra la inflación aprobadas desde finales de 2021 y a lo largo de 2022 para proteger a hogares y empresas, ... cuyo vencimiento estaba fijado para el 31 de diciembre del año pasado. La persistencia de la inflación en niveles superiores al 7% en la recta final de 2022 vaticinaba su prórroga, pero el Ministerio de Hacienda optó por no preverla en los presupuestos con el doble argumento de que no se podían destinar créditos presupuestarios a medidas aún no aprobadas y, sobre todo, de que la previsión de ingresos era lo suficientemente cauta como para encajar el incremento del gasto que se pudiera derivar de esa más que probable prórroga.
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Los datos conocidos en los meses siguientes confirmaron la existencia de margen de maniobra. Mientras la previsión de recaudación por impuestos contenida en los Presupuestos de 2023 preveía unos ingresos de 144.341 millones de euros, el cierre de 2022 reveló que ese año se ingresaron 159.561 millones, unos 15.000 millones más. Ahí estaba el colchón.
Alentado por ese margen y por la cercanía de convocatorias electorales, el Gobierno no se ha limitado a prorrogar casi en su totalidad -con la excepción de la controvertida bonificación sobre el precio del carburante- las medidas de gasto aprobadas para atenuar el impacto de la inflación con un coste anual estimado según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal de 7.331 millones de euros, sino que añadió en vísperas de las elecciones generales un nuevo paquete de medidas de ayuda con un coste extra estimado de 3.800 millones para la segunda mitad del año, lo que eleva la factura de los gastos no previstos en los presupuestos por encima de los 11.000 millones.
Frenazo de los ingresos
El gasto extra sería, en efecto, asumible bajo las condiciones iniciales que preveía el Gobierno, de un mantenimiento cuando no una mejora de los datos de recaudación de 2022, pero la evolución de los ingresos no está respondiendo a ese escenario.
Los datos de recaudación por impuestos del primer semestre del año, difundidos ayer por la Agencia Tributaria, revelan que en junio se acentuó la tendencia a la moderación que se viene observando durante los últimos tres meses, hasta el punto de que en ese mes se recaudó un 0,7% menos que el año pasado (-1,5% en términos homogéneos), y también la caída de los ingresos acumulados del Estado respecto al año pasado, que ya se venía observando desde abril pero que en junio ya supone un retroceso del 3,3%.
En euros contantes y sonantes, ese retroceso implica que mientras que en los seis primeros meses de 2022 el Estado ingresó 55.860 millones de euros por impuestos, en el mismo periodo de este año esa recaudación ha caído a 53.994 millones, unos 1.800 millones de euros menos.
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De mantenerse esta caída del 3,3% al cierre de año, la recaudación caería en más de 5.000 millones de euros respecto al año 2022 y el colchón de recursos extra disponibles en la caja del Estado para hacer frente a las medidas contra la inflación aprobadas por el Gobierno se reduciría a unos 10.000 millones de euros, por debajo de los más de 11.000 millones en que se estima el coste de las medidas de gasto aprobadas por el Gobierno al margen de lo previsto en los PGE de 2023.
¿Significaría esto que esas medidas no se podrían pagar? No, pero sí puede significar que los nuevos gastos en los que se ha embarcado el Gobierno no puedan ser cubiertos con los ingresos extra disponibles y que por tanto el déficit de las cuentas públicas se ensanche más de lo previsto, como por otra parte ya advirtió la Airef cuando elevó del 3,3% al 4,2% su previsión de déficit de 2023 precisamente por estas medidas.
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