Así lo señalan las previsiones presentadas este miércoles por el organismo encargado de velar por la sostenibilidad a largo plazo de las cuentas públicas, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que ha limitado a seis décimas el ajuste del desequilibrio fiscal que se producirá a lo largo de este año, desde el 4,8% hasta el 4,2%, menor al previsto por el Gobierno que aspira a rebajar el déficit hasta el 3,9%.
El análisis de la Airef revela que el ajuste del déficit podría haber sido mucho mayor, ya que el dinamismo del crecimiento económico restará ocho décimas al desequilibrio de las cuentas públicas, los nuevos impuestos restarán dos décimas más y la esperada reversión de las medidas extraordinarias aún vigentes por la pandemia o la inflación quitarán otras seis décimas al déficit, pero la subida del 8,5% de las pensiones en aplicación de la revalorización de estas con el IPC medio del año anterior va a impedir esa rebaja ya que añadirá un punto al déficit. De esa cuenta, sale el ajuste de solo seis décimas que se producirá a lo largo del año y que dejará las cuentas españolas lejos del equilibrio presupuestario y lejos del nivel que Europa considera como admisible.
Las estimaciones de Airef apuntan a que el desequilibrio de las cuentas públicas también habría podido reducirse si el Gobierno hubiera seguido la recomendación de Banco de España, organismos internacionales y la propia Autoridad Fiscal para restringir las medidas de ayuda a los más vulnerables. De haber procedido de ese modo, los más de 14.000 millones de euros que según sus cálculos costarán las medidas aprobadas por el Gobierno para amortiguar el impacto de la inflación se habrían quedado en algo menos de 8.000 millones y el déficit podría reducirse hasta el 3,7%.
La Autoridad Fiscal ha mantenido no obstante su previsión de crecimiento para 2023 que se quedará en el 1,6% a pesar de las mejores expectativas que la institución ha percibido en el arranque del año. La Airef ve un puñado de factores que se están comportando mejor de lo esperado y que en ausencia de incertidumbres mejorarían las expectativas de comportamiento de la economía, pero espera que la subida de los tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones de financiación que acarrea hagan mella en la segunda parte del año y condicionen el crecimiento.
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