ESPECIAL FORMACIÓN SUPERIOR

El primer paso en la carrera de fondo del empleo en la era de la formación continua

El factor laboral es decisivo al elegir un grado, pero los expertos subrayan que no debe ser el único, especialmente en un contexto tan cambiante como el actual

La pieza formativa que marca diferencias en el mercado laboral

En la elección de la carrera hay casi siempre un pensamiento sobrevolando la cabeza de los candidatos , que no es otro que el de la empleabilidad. Estudiar algo en lo que en un futuro pueda trabajar es el deseo de cualquier futuro universitario. Un ... deseo fácil de cumplir, cuando hablamos de unas determinadas áreas de formación mientras que en otras es casi una misión imposible. «La empleabilidad es uno de los criterios que preocupan a los estudiantes y a sus familias a la hora de elegir sus estudios, pero no es el único y, además, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones», explica María Concepción García, vicerrectora de Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Entre ellas que ni siempre la información que se ofrece sobre las oportunidades de inserción laboral de unos estudios no es precisa y a la vez es cambiante. A lo que hay que añadir «la gran volatilidad actual del mercado laboral, con cambios que se suceden con una velocidad vertiginosa, recomiendan tomar los datos de empleabilidad como criterio adicional, pero no exclusivo ni preponderante».

No obstante, García reconoce que la empleabilidad de los grados tiene, en algunas personas, un gran peso a la hora de elegir. «Hay individuos más vocacionales y otros que tienen intereses más materiales. Ambas posiciones son positivas, aunque diferentes», subraya. Por otra parte, durante su etapa universitaria, las personas se desarrollan y maduran y con ellas sus oportunidades, su visión del componente laboral de las enseñanzas que han recibido, «lo que les permite avanzar hacia caminos que inicialmente desconocían y que pueden convertirse en preferencias y elecciones», puntualiza.

Actualización

Zulima Cuadros, responsable de Estrategia de Candidato de ManpowerGroup cree que cada vez hay más jóvenes conscientes de la importancia de elegir una carrera profesional que les ofrezca oportunidades reales de empleo, no sólo a nivel universitario, también con los grados de la FP. «No obstante, hay que tener en cuenta que el modelo tradicional en el que tras la etapa formativa venía la carrera profesional ya no sirve. Hoy en día es necesario, en todo tipo de perfiles, mantenerse en constante formación –con upskilling y reskilling–, ya que en todos los sectores hay constantes avances, muchos de ellos relacionados con la tecnología, que hacen necesaria una actualización a lo largo de toda la carrera para garantizar esa empleabilidad».

Aquí hay trabajo

37,3%

Recuerda que hay gran demanda de estudios relacionados con el ámbito sociosanitario –medicina y enfermería–; también administración y dirección de empresas; e ingenierías, especialmente informática e industrial. «Se trata, en general, de carreras que tienen unas buenas perspectivas de empleo, tanto a nivel de demanda, como de compensación». La elección de los estudios tiene un impacto importante en el futuro laboral de los jóvenes «especialmente porque condiciona los primeros pasos en sus carreras profesionales», resalta Cuadros. Pero el mercado del empleo es hoy en día mucho más flexible y evoluciona mucho más rápido que hace unos años y «la capacidad de ampliar conocimientos y de reciclarse a través del 'upskilling' y el 'reskilling', es otro factor crítico para mantenerse empleables e impulsar esas carreras».

Además, no siempre las empresas encuentran los candidatos con la formación necesaria. «Es evidente que hay un problema estructural cuando vemos que el 80% de las empresas en España tiene dificultades para encontrar a los profesionales que necesita. Y es aún más preocupante cuando hace sólo 10 años esta cifra estaba en un irrelevante 3%», resalta Cuadros. Pero cree que es un fenómeno complejo que no obedece a un solo factor y requiere de un análisis más profundo. «Cada sector tiene su realidad y nos podemos encontrar con que en algunos realmente faltan profesionales; en otros, en cambio, falta desarrollar ciertas competencias o habilidades; y, finalmente, también hay industrias en las que lo que las empresas intentan incorporar no se ajusta a la realidad, bien sea porque se pide demasiado o porque la compensación no está alineada con el mercado».

Orientación

Desde la UCM recuerdan también que en un mundo laboral tan cambiante e interrelacionado, diferentes estudios permitirán acceder a los mismos o semejantes puestos de trabajo, «pero esto es complicado que los estudiantes o sus familias lo conozcan a priori, dada la gran la diversidad de titulaciones y los diferentes itinerarios formativos para llegar a desarrollar una determinada profesión». Por ello, señala su vicerrectora de Empleabilidad y Emprendimiento, juega un papel importante la orientación profesional ya desde la enseñanza media. «También en la universidad contamos con departamentos de orientación que les permiten trazar su itinerario profesional, sus objetivos profesionales y cómo llegar a conseguirlos». Sin caer en el riesgo de la generalización, en algunos casos las modas en los estudios pueden ser un factor que influencia en la elección de estudios. «Si una profesión está de moda tiene una imagen positiva reforzada socialmente, lo que puede llevar a algunas personas a realizar los estudios correspondientes», señala María Concepción García. «Una gran parte de las personas jóvenes están en un proceso de identificación de sus intereses, salvo los que presentan una clara vocación, y este proceso lo realizan a lo largo del tiempo, conformando su carrera profesional influidos por sus experiencias y también condicionados por el medio social y mediático en el que viven», puntualiza.

En el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), donde se imparten también los grados de Derecho y ADE, «el contacto permanente que tenemos con el mundo empresarial, el claustro formado por profesionales y la experiencia y de más de tres décadas formando alumnos, hacen que la orientación profesional esté muy basada en la experiencia y en lograr que los alumnos enfoquen bien su carrera», explica Joaquín Danvila, responsable del Departamento de Formación Online y Desarrollo Digital del IEB. «Además de orientar a los alumnos en los contenidos de los estudios, se les proporciona información sobre los sectores de destino más habituales en función de cada elección», añade. Reconoce que a la hora de elegir el grado, es natural que los candidatos tengan miedo a equivocarse, «muchas veces por edad y muchas otras porque todavía no tienen claros sus gustos». En el caso de IEB, «tenemos alumnos que se especializan en materias y contenidos con múltiples salidas en el mercado laboral, por lo que la elección inicial siempre puede luego complementarse con una formación de postgrado que matice y centre la especialización del alumno».

La Fundación BBVA ha publicado este año un análisis de la inserción laboral de los universitarios españoles en el que se reflejan las diferencias entre titulaciones. Han analizado en profundidad la información abundante que existe de la inserción laboral de los egresados con datos facilitados por el INE y la Seguridad Social.

DIFERENCIAS DE LOS TITULADOS ESPAÑOLES

Randstad Research y la Fundación Universitaria San Pablo CEU han presentado un estudio sobre la empleabilidad de los universitarios donde se constata que cinco años después de graduarse, cerca de un 90% de los egresados universitarios está trabajando. «La tasa de paro de los profesionales con estudios universitarios puede variar entre el 2,3 y el 14%, dependiendo del grado elegido», puede leerse en el informe en el que también se señala que los empleos que más se demandarán en los próximos años son los especialistas en IA y los ingenieros en energías renovables. Además, resalta que la proporción de jóvenes activos en España con alta cualificación se sitúa en un 54,4% del total, mientras que la media europea es del 43,4%. Sin embargo, la tasa de paro para este segmento es el 14% en nuestro país frente al 6,5% de media europea.

A la hora de realizar el informe se ha tenido en cuenta principalmente el grado realizado, la universidad en la que se han realizado los estudios y la región en la que se busca el trabajo. «La empleabilidad de las titulaciones es muy diversas en cuanto a la cantidad y calidad de empleo. Después de varios años buscando trabajo, los porcentajes de tasa de empleo son elevados. Pero el ajuste entre lo estudiado y las características del trabajo son muy diferentes entre titulaciones», comienza por explicar Francisco Pérez, director del estudio y del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Afirma que existe un bloque de titulaciones en torno a las Ciencias de la Salud y Medicina, las ingenierías y las titulaciones relacionadas con informática, que «tienen los mejores indicadores de calidad empleo y las mejores tasas de empleo. Casi todos sus estudiantes están trabajando, tienen los salarios más altos y el trabajo está relacionado con lo suyo», apunta Pérez.

En el otro extremo está el bloque de Humanidades y Ciencias Sociales, donde «encontramos que las tasas de empleo son bajas pero muchos realizan trabajos que poco tienen que ver con su formación».

Este informe también refleja que el segundo determinante más importante para la inserción laboral es la comunidad autónoma donde se fija la residencia tras egresar. «Tienen mejores resultados las comunidades autónomas donde sus tejidos productivos se caracterizan por ocupaciones más orientadas al conocimiento», indica el director del mismo. Por este motivo «la movilidad es una ventaja para encontrar el trabajo pero a la vez es mala para regiones en las que se marchan los titulados».

«Las que tienen más títulos con mayor empleabilidad, salen mejor en la foto, como son las politécnicas, especializadas en titulaciones que van muy bien. O las de Ciencias de la Salud, aunque suelen ser una parte educativa de universidades generalistas. El resultado medio dependerá de los varios grados que tengan», indica Francisco Pérez. Además, el estudio refleja que las universidades privadas salen mejor, en promedio, porque seleccionan más los títulos que ofrecen mientras que las públicas ofrecen más variedad, independientemente de su empleabilidad. «Muchas universidades privadas son jóvenes, ágiles en la revisión de la oferta de estudios, y les permite responder a las señales de la demanda. Están atentas a este tipo de objetivos de la formación», resalta.

E igualmente importante es la ubicación de las universidades ya que una que esté en una zona dinámica, da más oportunidades de trabajo a sus egresados. En el estudio, dirigido también por Joaquín Aldás, se resalta la importancia de tener en cuenta toda esta información valiosa al decidir qué estudiar y dónde. «La empleabilidad no es la única variable a tener en cuenta pero es bueno que el estudiante atienda a sus preferencias y a la vez conozca todos estos datos», resalta Pérez. En su opinión, «la sociedad debe ofrecer una formación que facilite la empleabilidad» y sí percibe una mayor preocupación por este tema.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios