Así son los nuevos perfiles laborales que ya está exigiendo la inteligencia artificial
Además de ingenieros de aprendizaje automático o científicos de datos, la nueva tecnología reclama talento que aborde sus distorsiones y límites éticos
Desvelan los puestos de trabajo que la inteligencia artificial no va a poder destruir: ¿está tu oficio en la lista?

La inteligencia artificial (IA) genera un debate encendido sobre el temor a que desaparezcan puestos de trabajo. Las investigaciones coinciden en que se van a generar nuevos perfiles. La robotización mecanizará las tareas repetitivas, pero no hay que tener miedo. No habrá una rebelión contra los humanos, como en las distintas películas de Terminator. Un estudio elaborado por el banco estadounidense Goldman Sachs sostiene que en torno a 300 millones de puestos de trabajo podrían automatizarse con la implementación de la IA. Pero al tiempo se compensará con la aparición de nuevos empleos.
Advierte Idoia Salazar, fundadora y presidenta del Observatorio del Impacto Ético y Social de la Inteligencia Artificial (OdiseIA), de los riesgos de la IA: «Los sesgos y la falta de supervisión», pero se muestra claramente a favor de las ventajas que ofrece, «porque aumenta nuestra capacidad intelectual y nos lleva a una gestión eficiente de los datos». La IA tiene un valor muy positivo en labores de reconstrucción, en predicciones de futuras pandemias, en soluciones rápidas ante catástrofes y otras vicisitudes. Y para identificar distorsiones y sesgos, los expertos coinciden en el papel de los profesionales de la psicología.
Sheila Álvarez Ferreras, HRBP & IT Recruiter de People Department de Asseco Spain Group, multinacional de soluciones empresariales IT especializada en IA, explica que las empresas están solicitando principalmente dos perfiles que trabajan al unísono: «Científicos de datos, porque la IA requiere profesionales que sean capaces de recopilar, organizar y analizar grandes cantidades de datos para desarrollar modelos y algoritmos inteligentes, e ingenieros de aprendizaje automático ('machine learning'), profesionales que diseñan y desarrollan algoritmos de aprendizaje automático para permitir que los sistemas de IA aprendan y mejoren con el tiempo».
Junto a estas tareas las compañías buscan, según la experta, «desarrolladores de software de IA, responsables de crear aplicaciones como 'chatbots', asistentes virtuales y sistemas de reconocimiento de voz, ingenieros de robótica, consultores de IA y especialistas en experiencia del usuario (UX)». Amén del perfeccionamiento de estos perfiles citados, Álvarez señala algunas profesiones que podrían surgir gracias a la IA, como el «especialista en ética de la IA avanzada, arquitecto de sistemas, entrenador, especialista en ciberseguridad de IA, diseñador de experiencias de realidad aumentada o especialista en IA de salud».
Talengo es una consultora de expertos en liderazgo. Marta Merino, la directora de Talengo Teach, aclara qué es lo que solicitan las empresas: «Nos piden sobre todo perfiles relacionados con la ciencia del dato, expertos en arquitecturas y tendencias y de cómo van a evolucionar los modelos predictivos, los modelos matemáticos aplicados a problemas de negocio. Y también líderes de proyectos que ayuden a tomar decisiones estratégicas en las compañías».
Otro avance vinculado con la IA es el Procesamiento del Lenguaje Natural (NLP), concepto referido a la capacidad de las máquinas para comprender y procesar el lenguaje humano de forma significativa, lo que incluye tareas como la traducción automática, la generación de texto o el análisis de sentimientos. Así lo avala Merino: «A medida que avance la IA, se van a producir mejoras continuas en el aprendizaje automático y en el procesamiento del lenguaje natural». También apuesta por la interactuación entre humanos e IA «a nivel de contenidos, de creatividad y de diseño, con el IOT llevado a la máxima expresión».
Salazar apunta que la IA no es una disciplina solamente del sector tecnológico. «Todas las profesiones pueden tener implícita una parte de IA: en el mundo del derecho para analizar jurisprudencia u otros códigos penales o civiles, en el sector médico para predecir una posible enfermedad o personalizar un tratamiento médico; para que los agricultores puedan elegir el mejor terreno, el mejor producto y puedan analizar todas la variables», añade.
La IA está transformando el mercado laboral en distintas vertientes. María Coloma Almiñana, Chief People Officer de Asseco Spain Group, indica que «la IA está influyendo en nuestra manera de trabajar (procesos internos), en nuestra manera de relacionarnos en el trabajo y en nuestro perfil profesional (habilidades y conocimientos)». Y pone un ejemplo: «Antes teníamos un teléfono o el mail para preguntar a la gente de RRHH nuestras dudas sobre nóminas. Ahora, podemos estar planteando las mismas cuestiones a un 'chatbot'».
La incertidumbre, referida a España, es si existe suficiente talento para dar respuesta a esa futura demanda o hay que hacer hincapié en la formación específica. Promovido por Fundación VASS y Fundación de la Universidad Autónoma, el pasado lunes se presentó el V Estudio Empleabilidad y Talento Digital, que examina el panorama de los especialistas TIC y muestra datos que ilustran el desfase de talento digital.
En el momento actual, España dispone de 601.233 especialistas TIC. El pasado año se incorporaron al mercado cerca de 72.000. Este movimiento nos sitúa como el país más dinámico entre las economías europeas más destacadas. Pero un 61% de las empresas que buscaban especialistas TIC en 2022 se encontraron con dificultades para cubrir sus vacantes y se calcula que hasta 10.500 posiciones técnicas nuevas se quedaron sin cubrir el pasado año. Este desfase pone en peligro el crecimiento económico vinculado a las últimas tecnologías.
Reto educativo
Carmen Sebrango, directora de Carreras Profesionales de la Universidad CEU San Pablo, estima que falta talento: «No hay suficiente ni en España ni en el mundo. Ahora mismo hay una guerra por el talento en general, pero en particular en perfiles relacionados con tecnología. Las universidades, las escuelas de negocios, la formación profesional no son capaces de poner en el mercado a la velocidad que necesitan las empresas el talento suficiente».
«Hace falta formación de talento júnior –dice Sebrango–, pero también el 'reskilling' de parte de la gente que está ahora mismo desempeñando determinados puestos de trabajo con funciones que no van a ser necesarias». La Universidad CEU San Pablo propone nuevos grados al tiempo que adapta las actuales, comenta Sebrango: «Están surgiendo titulaciones relacionadas con la ciberseguridad e ingeniería de datos… Estamos proponiendo también formaciones más cortas. Además, todos los estudios se orientan desde un punto de vista de transformación digital». Sobre la disonancia entre oferta y demanda laboral, Almiñana es también de la opinión de que «existe un gap», pero se muestra optimista. La alta demanda de talento influye en las expectativas salariales de los especialistas, lo que conduce a una feroz competencia entre las empresas y a una alta rotación de profesionales con experiencia.
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