Los exportadores españoles alertan ya del «cambio de ciclo» económico
Aunque España reduce a la mitad su déficit exterior, las cifras de junio anticipan una ralentización
La industria exportadora reivindica su papel ante una nueva etapa de «tiempos complicados y caída de la demanda interna»
Las buenas cifras del semestre se explican por el vigor exportador del sector del automóvil
Menos dinamismo del sector exterior y preludio de una ralentización en el crecimiento de la economía española. Cuando esta semana el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo hacía público el informe de comercio exterior enero-junio de 2023 se pudo realizar una primera lectura ... fácil, muy en la línea del ya habitual trompeteo sobre la fortaleza y buen comportamiento de nuestra economía. Efectivamente, en su conjunto, y analizando todo el semestre, España ha logrado reducir nada menos que a la mitad su déficit comercial, es decir, ha enjugado en casi un 50% la diferencia entre lo exportado y lo importado por nuestras empresas: un déficit comercial de 31.963,2 millones en los seis primeros meses del pasado año frente a los 16.420,4 millones de euros de 2023.
Es el valor de las exportaciones creció un 4,7% respecto al primer semestre de 2022. Ello se explica por el incremento de los precios. En volumen, crecieron un 2,2%.
Un balance en efecto positivo que se explica por el incremento de los ingresos conseguidos por las exportaciones, un 4,7% más (199.951 millones, récord histórico), frente al descenso del 2,9% de las importaciones (216.371 millones). Haber conseguido atajar el déficit energético un 35%, el excelente comportamiento de sectores como el del automóvil, así como el aumento de precios por la inflación, están detrás de la mejora del cuadro, un marco no obstante que tiene sus zonas grises, preocupantes, tal y como advierten desde las distintas asociaciones que agrupan a las empresas exportadoras españolas, que ya anticipan unos próximos meses complicados.
Es el déficit comercial español entre enero y junio de 2023, es decir, la diferencia entre el valor de lo exportado y lo importado. Es la mitad del de 2022.
«Nos encontramos en una fase de desaceleración en todos los sectores excepto en el del automóvil. Tenemos que estar tranquilos pero atentos, sin dejar de realizar un seguimiento a los conflictos geopolíticos, que están marcando cada vez más las relaciones comerciales«, explica el director general de la Asociación de las Empresas Industriales Internacionalizadas AMEC, Joan Tristany.
Otra asociación, en este caso el Club de Exportadores e Inversores Españoles ve con preocupación lo que considera una «pérdida de dinamismo de nuestro sector exterior en el primer semestre del año«, porque si bien las exportaciones españolas crecieron en valor un 4,7% respecto al mismo periodo del año anterior, »ello fue debido a un incremento de los precios del 7,1 %, ya que en volumen se redujeron un 2,2 % interanual«. Del mismo modo, recuerdan, »las importaciones decrecieron un 5,0% interanual, debido a que sus precios crecieron un 2,2%«.
La corrección en positivo de la balanza exterior se explica por la caída del déficit energético (-35%), el aumento de precios y el buen hacer del automóvil.
Pérdida de cuota
En el balance global el semestre es positivo, y si se compara por zonas geográficas sí es cierto que el vigor exportador relativo español está por encima del de países de su entorno como Alemania (3,2%) e Italia (4,1%), así como el de Estados Unidos (-0,8%), Japón (3,1%) e incluso el de China (3,7%). Francia se anotó por contra un incremento interanual del 6,9%.
A pesar del balance global positivo para la economía española, desde el Club de Exportadores se lamentan de que «durante los últimos cinco años, la exportación española de bienes ha ido perdiendo paulatinamente cuota de mercado internacional, al haber crecido menos de lo que lo ha hecho el comercio mundial«. Por este motivo, añaden, »y aunque se siguen manteniendo tasas de crecimiento positivas en valor, en los últimos meses han aparecido signos de desaceleración y representamos hoy una parte menor de los intercambios internacionales que hace cinco años«.
En el plano más corto desde las empresas se advierte que ya hemos entrando en un cambio de ciclo, un «punto de inflexión« que se lee a partir de las cifras concretas del mes de junio, que no han conseguido empañar las del conjunto del semestre, pero sí indican que el escenario ha cambiado. »Estos datos pueden ser el preludio de una importante ralentización del crecimiento económico de España«, apuntan. Son cifras coherentes con las que aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el conjunto de la industria en junio, cuando la cifra de negocio de esta rama de la economía bajó un 7% este mes, un descenso interanual que se suma a dos meses anteriores de caídas.
«El aumento de tipos de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo siguen encaminando la economía hacia la desaceleración, aunque la industria y el comercio exterior siguen demostrando su fortaleza. Es necesario que seamos conscientes de su importancia, de modo que las administraciones sigan apostando por ellos y por el cambio de modelo productivo que implica la digitalización y la sostenibilidad, ya que en tiempos más complicados y de caída de la demanda interna serán los que de nuevo nos permitan salir adelante«, añade Joan Tristany desde AMEC.
En la misma dirección, el Club de Exportadores recuerda la necesidad de «adoptar medidas de apoyo empresarial que aporten estabilidad y certidumbre, reduzcan la presión fiscal sobre las empresas e incentiven la inversión, con la vista puesta en impulsar el crecimiento y evitar la pérdida de competitividad internacional frente a los países de nuestro entorno«.
Esta misma entidad, y pese a que una lectura superficial pueda llevar a un excesivo optimismo sobre el vigor de nuestra industria exportadora, recuerda con preocupación que en el primer semestre de 2022 el número de exportadores regulares cayó en un 7,3%, lo que se añade al descenso del 3,2% que se produjo en 2022. «Necesitamos más empresas medianas y grandes, cuya propensión a exportar es muy superior. Es un riesgo importante para nuestra economía que, desde hace 25 años, el 67% de las exportaciones estén concentradas en tan solo 1.000 empresas«, apuntan.