La Comisión se la juega con las pensiones españolas
Los últimos informes elaborados por los técnicos de Bruselas demuestran que las cuentas no cuadran y que los gastos en prestaciones tras la reforma de Escrivá se dispararán mucho más de lo previsto por el Gobierno español
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Hubo una época en que el Gobierno de Pedro Sánchez se escudaba en Bruselas para defender las bondades de sus reformas, incluida la de pensiones. Fueron muchos los analistas de dentro y fuera de nuestras fronteras que advirtieron de que las reformas del sistema de ... pensiones propuestas por el entonces ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y aprobadas en 2021 y en 2023, no servían para embridar el gasto en prestaciones y garantizar la sostenibilidad del sistema. La eliminación del factor de sostenibilidad y del índice de revalorización de las pensiones, aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy para convencer a Bruselas del compromiso de España con el déficit presupuestario y la estabilidad de las cuentas públicas, ha disparado y lo hará todavía más en el futuro el gasto en pensiones. Y las medias tomadas para compensarlo –retrasar la edad de jubilación y elevar las cotizaciones sociales– no son suficientes. Pero ante estas críticas, el Ejecutivo socialista y sus socios argumentaban que se trataba solo de rabietas políticas y que el hecho de que se aprobaran desembolsos de fondos significaba que Europa le daba el visto bueno a las reformas.
Y lo cierto es que el comisario de Economía europeo, Paolo Gentiloni, ha tenido siempre mucha manga ancha con el Gobierno español. A la Comisión le interesaba repartir los fondos y los hitos exigidos fueron más bien una excusa para contentar a los países del Norte, que una exigencia real de reformas para garantizar una transformación de la economía, en este caso, de la española.
Las señales de alerta, sin embargo empiezan a aparecer y suponen un toque de atención no solo al Gobierno español, sino a la propia Comisión, que hasta ahora ha hecho la vista gorda ante las reformas aprobadas.
El pasado viernes se publicó el 'Informe de Envejecimiento de 2024' en el que se hace un análisis de las proyecciones económicas y presupuestarias 2022-2070. El informe es un auténtico varapalo a la reforma de Escrivá. El anterior, de 2021, preveía que el gasto en pensiones en España entre ese momento y 2070 se reduciría en 2,1 puntos de PIB. El que se acaba de publicar prevé que, entre 2022 y ese 2070, el gasto en pensiones se disparará 3,6 puntos del PIB, siendo uno de los países de la UE donde más se incrementará este gasto.
Estas cifras son además significativas porque discrepan, y bastante, de las estimaciones del propio Gobierno sobre el impacto de su reforma. Según el Ejecutivo, el gasto en pensiones en 2070 estaría en el 12,9% del PIB, según la Comisión, en el 16,7%. Aunque el pico de gasto, según los técnicos de Bruselas, se producirá en 2050, donde el gasto llegará hasta el 17,3% del PIB.
Pero no es el único informe europeo que se manifiesta en este sentido. El documento 'In-Depth Review 2024', que elaboran los funcionarios de la Dirección General para Asuntos Económicos y Financieros y que sirve de base para las recomendaciones específicas que la Comisión Europea formula cada año a los países, señala –como publicó ABC– que aunque la reforma gubernamental prevé medidas específicas para compensar el impacto de los posibles incrementos del gasto, «la vinculación de las pensiones a la inflación plantea riesgos adicionales de sostenibilidad fiscal para el futuro».
Con estos informes en la mano, la Comisión va a tener complicado seguir siendo tan complaciente como hasta ahora con las medidas aprobadas por el Gobierno español. Entre otras cosas porque se juega su reputación. Hay quien ha visto el informe sobre el envejecimiento como un toque de atención en toda regla no solo al ministro Escrivá y al Gobierno de Pedro Sánchez, sino al propio comisario europeo que hasta ahora ha hecho la vista gorda.