El BCE descarta a Margarita Delgado al frente de la supervisión bancaria y despeja el camino a Calviño en el BEI
La alemana Claudia Buch, actual vicepresidenta del Bundesbank, es la elegida para ocupar el cargo
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La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado
Es seguramente el puesto más codiciado del sector financiero europeo y a él optaba con mucha fuerza Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España. El Consejo de Gobierno del BCE, sin embargo, prefiere a la alemana Claudia Buch, actual vicepresidenta del Bundesbank, para ... suceder a partir del 1 de enero de 2024 a Andea Enria al frente de la supervisión bancaria del BCE. Así lo han decidido los seis miembros del ejecutivo del BCE y todos los gobernadores de bancos centrales del área del euro en una votación secretea que ha tenido lugar esta mañana en Fráncfort.
Esta votación es contraria al dictamen previo del Parlamento Europeo, que se inclinaba por Delgado. El próximo 20 de septiembre, Buch comparecerá ante el Parlamento Europeo en busca de su visto bueno y todavía será necesaria la confirmación de los Estados de la UE en el Consejo Europeo, pero después de haber hablado el ejecutivo del BCE, la victoria de Buch se da por hecha.
«El Consejo de Gobierno del BCE ha nombrado hoy a Claudia Buch para el puesto no renovable de cinco años de presidenta del Consejo de Supervisión, previa consulta al Consejo de Supervisión», señalaba el comunicado oficial de la principal autoridad bancaria de la Unión, replicado por el propio Banco de España.
Explica la institución que el nombramiento se produce tras las audiencias informales de los dos candidatos preseleccionados ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON) del Parlamento Europeo tuvieron lugar en julio de 2023. Las opiniones de los coordinadores de ECON se compartieron con el Consejo de Gobierno y posteriormente se ha procedido a informar de este nombramiento a Irene Tinagli, presidenta del Comité ECON, y a Nadia Calviño, en calidad de presidenta del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (ECOFIN).
Una alemana de línea dura para supervisar a la banca
Aunque el currículum de Buch seguramente no aporta tanta experiencia específica como el de Delgado, en la UE se trata de encontrar equilibrios y «Delgado perdió en el momento en que Nadia Calviño se lanzó a por la presidencia del Banco Europeo de Inversiones», explican fuentes de Fráncfort que apuntan también que el peso del gobierno español se ha empeñado en el objetivo de Calviño y ha dejado más desamparadas las aspiraciones de Delgado.
Buch, bajo cuya supervisión quedarán seguramente los 109 mayores bancos de a UE, se caracteriza por su carácter reservado y su pragmatismo. A sus 52 años, ha sido la responsable de la estabilidad financiera de Alemania desde 2014 y se ha venido centrando en los riesgos crediticios y de tipos de interés en el mercado de capitales. Bajo su jurisdicción han estado también la auditoría y las estadísticas del banco central alemán. Anteriormente, había desempeñado un buen papel en el consejo de expertos que evalúa el desarrollo económico general y asesora directamente a la Cancillería de Berlín, los denominados 'Cinco Sabios', entre 2012 y 2014.
Uno de sus más cruciales mentores fue el liberal Philipp Rösler, que desde el Ministerio de Economía la propulsó en febrero de 2012 hacia ese puesto, gracias al cual ha ocupado el codiciado primer puesto en el ranking del periódico 'Bild-Zeitung' de los alemanes más importantes de alrededor de 50 años, por delante de la actriz Maria Furtwängler, el político del Partido Verde Cem Özdemir y el entrenador de fútbol Jürgen Klopp.
Su visión de la economía es marcadamente alemana y de línea dura. Nació en Paderborn y toda su carrera académica se ha desarrollado en Alemania, a excepción de un MBA en 1989 en la Universidad de Wisconsin. Se le iluminan los ojos ante la expresión «estabilidad financiera». Siempre ha defendido que los bancos deben aumentar su capital en función de los ratios de capital de las empresas industriales y que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) sólo debe ser un instrumento de emergencia. En un artículo de prensa, junto con otros dos dos economistas, ha abogado por un mayor uso del «asesoramiento político basado en la evidencia». Más recientemente, ya en la recta final hacia su nuevo cargo, ha lanzado advertencias contra la revocación de las normas bancarias que se hicieron más estrictas tras la crisis financiera.
«Sin duda tiene sentido evitar la excesiva complejidad y los costes innecesarios de la regulación y abordar los nuevos riesgos emergentes», afirmó en un discurso pronunciado en el área de formación Deutsche Bundesbank. «Sin embargo, reducir los requisitos de capital tendría efectos secundarios indeseables y debilitaría la resiliencia del sector financiero», señaló. Buch reconoció que, en un primer momento, las instituciones que están en el mercado se sentirían aliviadas. «Pero eso sólo sería un éxito falso», previno, «porque, en última instancia, el sistema se volvería más vulnerable a los riesgos y la consolidación del mercado podría retrasarse: se reduciría la presión, especialmente sobre las instituciones más débiles, para que se realineen y cuestionen críticamente los modelos de negocio». Se estaba refiriendo a las reiteradas quejas de los bancos sobre los altos costos y el creciente esfuerzo burocrático.
«Ahora hay que tener cada vez más en cuenta los riesgos futuros», es su visión, «por un lado, no se puede descartar que sigan produciéndose pérdidas si los programas de ayuda se reducen, pero por otro, los modelos de riesgo que se basan en datos pasados pueden proporcionar una imagen distorsionada de los riesgos futuros». Considera que «es poco probable que las medidas gubernamentales absorban las pérdidas inminentes con tanta rapidez y amplitud como lo fueron tras el shock del coronavirus, de manera que los bancos y otros participantes del mercado tendrían que prepararse para esto».
Un camino menos pedregoso para Calviño
Con este movimiento, se allana el camino de la vicepresidenta en funciones bajo la premisa de no aglomeración de cargos de un mismo país en puestos de alta responsabilidad dentro de los organismos bancarios de la Unión Europea. En la actualidad varios altos cargos financieros de la UE están en manos de españoles, como la vicepresidencia del BCE que desempeña Luis de Guindos, ya que José Manuel Campa preside la Autoridad Bancaria Europea (EBA); el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, es presidente del Comité de Basilea, y Fernando Restoy lidera el Instituto de Estabilidad Financiera (FSI) del Banco de Pagos Internacional (BPI).
El gesto se produce a pocos días de la días la reunión informal de los ministros de Economía europeos (Ecofin) bajo presidencia española que se celebra el 15 y 16 de septiembre en Santiago de Compostela. Donde previsiblemente se discutirá la elección del próximo presidente del BEI, la principal institución crediticia de la UE. La candidatura de Nadia Calviño estará sobre la mesa en la reunión que presidirá ella misma, pero hasta ahora no se ha destacado como favorita.
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Tal y como adelantaba ABC, la ex comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, es la principal contendiente de Calviño en la carrera. Y aunque todavía no se escuchan pronunciamientos por parte de ninguno de los aspirantes, bajo la mesa se intensifica el pulso entre estas dos poderosas mujeres, en busca del apoyo de Francia que no ha presentado ningún candidato a ocupar el puesto, aunque prácticamente tiene la llave para decantar la elección.