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Banco Sabadell rechaza la propuesta de fusión de BBVA y prefiere seguir en solitario

El consejo de la entidad da portazo al banco de origen vasco y la operación fracasa por segunda vez

«El consejo considera que la propuesta infravalora significativamente el proyecto de Banco Sabadell y sus perspectivas de crecimiento como entidad independiente», indican en un comunicado

El mercado aguarda a la espera de movimientos: BBVA sube un 1,46% y Sabadell baja un 1,56%

Opinión | Oferta rechazada, por Ignacio Marco-Gardoqui

Mazón y la patronal valenciana, «preocupados» por la concentración de mercado si se consuma la fusión de BBVA y Sabadell

BBVA ofrece al Sabadell una prima del 30%, una vicepresidencia y mantener la 'catalanidad' del nuevo banco

Banco Sabadell rechaza fusionarse con BBVA. El consejo de la entidad financiera de origen catalán da portazo al banco dirigido por Carlos Torres de manera rotunda y dice 'no' a la propuesta de integración presentada la semana pasada. Esta es la segunda vez que la operación se va al traste tras un primer intento en la última parte de 2020. Fuentes de BBVA señalan que lamentan que el Sabadell «haya rechazado una oferta tan atractiva».

El máximo órgano de dirección del banco catalán considera que es mejor para sus intereses continuar en solitario. Que, de esta manera, podrá crear mayor valor para sus accionistas; cabe recordar, en este sentido, que el Sabadell cotiza aún por debajo de su valor en libros, con lo que aún le quedaría recorrido en Bolsa. La decisión se ha producido tras un consejo de varias horas en el que los asesores Goldman Sachs, Morgan Stanley y Uría Menéndez también han presentado sus números y conclusiones.

«El consejo considera que la propuesta infravalora significativamente el proyecto de Banco Sabadell y sus perspectivas de crecimiento como entidad independiente. El consejo confía plenamente en la estrategia de crecimiento de Banco Sabadell y en sus objetivos financieros, y es de la opinión de que la estrategia de Banco Sabadell como entidad independiente generará un mayor valor para sus accionistas», ha indicado el banco en un comunicado. De esta manera, el banco de origen catalán se alinea con el posicionamiento que había adquirido desde la llegada del consejero delegado, César González-Bueno; la entidad lleva tres años manteniendo el mensaje de que están mejor solos y que no tienen necesidad de unirse a nadie.

El banco, asimismo, pone el acento en que «la caída significativa y la volatilidad del precio de la acción de BBVA en los últimos días genera una incertidumbre adicional sobre el valor de la propuesta», y añade que el consejo «cree que esta decisión está, además, alineada con el interés de los clientes y empleados de Banco Sabadell». BBVA se desplomó más de un 6% el día del anuncio del intento de fusión, para ahondar en esas pérdidas en días siguientes.

Más allá de ello, el Sabadell lanza guiños a sus accionistas, que en su gran mayoría son minoritarios ya que no cuenta con un núcleo duro. «Como parte de su firme compromiso con la creación de valor para el accionista y respaldado por el plan de negocio de la entidad y la sólida generación de capital, el consejo reitera su compromiso de distribuir a los accionistas, de manera recurrente, cualquier exceso de capital por encima del 13% de la ratio CET1 pro forma Basilea IV. Se estima que el exceso de capital que se generará en 2024 y 2025, junto con los dividendos recurrentes de este período de acuerdo con un cumplimiento satisfactorio del plan de negocio actual está previsto que sea de 2.400 de millones de euros. Parte de ello puede estar sujeto a la aprobación del supervisor», ha indicado.

Ahora la pelota queda en el tejado de BBVA, ya que el mercado lleva una semana especulando con que, de producirse este rechazo, la entidad pudiera llegar a lanzar una opa hostil, algo totalmente inusual en el sector.

Fue a mediados de la semana pasada cuando BBVA hizo públicas las condiciones de la propuesta de fusión planteada a Banco Sabadell. Solo un día después de que ambas entidades confirmaran al mercado el proceso: el primero, que estaba interesado en una absorción, y el segundo, que lo analizaría tras recibir la carta.

La entidad de origen vasco propuso una operación toda en acciones, nada en efectivo, con un canje de 1 acción de nueva emisión de BBVA por cada 4,83 acciones de Banco Sabadell. La oferta suponía una prima del 30% sobre el cierre del 29 de abril (antes de conocerse la noticia); del 42% sobre las cotizaciones medias ponderadas del último mes; o del 50% sobre las cotizaciones medias ponderadas de los últimos tres meses. De consumarse, el Sabadell se quedaría con un 16% del banco resultante.

En términos del gobierno de la entidad resultante, BBVA ofreció al Sabadell tres puestos en el consejo de administración, no ejecutivos todos, entre los que se incluiría una vicepresidencia. Es decir, el puesto de presidente y el de consejero delegado permanecerían en manos de Carlos Torres y Onur Genç, respectivamente, como hasta ahora.

Más allá de eso, la oferta presentada incluía guiños a la 'catalanidad' del Sabadell. El nuevo BBVA, ahora frustrado, tendría dos sedes operativas: una en Madrid y otra en Sant Cugat (Barcelona), que es desde donde se dirige el banco a absorber. La sede social permanecería en el País Vasco.

El otro gesto era a nivel de marca. La propuesta contemplaba que la entidad resultante pudiera mantener el uso de la marca Sabadell «en aquellas regiones o negocios en las que pueda tener un interés comercial relevante». Una clara referencia a Cataluña, su mercado de origen y donde es más fuerte, aunque ahora tengan la sede social en Alicante, a donde se trasladaron por el 'procés'.

Rechazo a la fusión

Pese a que los analistas y bancos de inversión veían las bondades de esta operación para ambas entidades, lo cierto es que también ha despertado algunos recelos entre la clase política y también empresarial.

Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana, se mostró hace escasos días «preocupado» por la operación por los problemas de concentración del mercado en unas pocas entidades; algo en lo que coincidieron también los presidentes de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, y las cámaras de comercio valencianas, José Vicente Morata.

«La noticia no me ha gustado nada», señaló Mazón, para añadir: «Tenemos que defender nuestro territorio», en referencia a que Alicante perdería un activo importante ya que es allí donde tiene ahora el Sabadell su sede social después de que se fuera de Cataluña en 2017.

Desde la Generalitat de Cataluña también se ha criticado, aunque de manera más tibia, la operación. La consejera de Economía, Natàlia Mas, indicó tras saltar la noticia que tienen «respeto por las decisiones que tomen los implicados en la operación», pero apuntando eso sí que «los ciudadanos y las pymes catalanas necesitan más entidades financieras, y no menos».

En el Gobierno central de Pedro Sánchez los ánimos van según el partido. Mientras el ala socialista se ha mostrado receptiva a la operación, la vertiente de Sumar ha ido por un camino totalmente distinto. «Estamos en una concentración en torno al 40% y ahora estaríamos en el 70%. Por tanto, hay riesgo sistémico en la configuración de las entidades financieras en nuestro país», ha afirmado Yolanda Díaz, para ahondar en su «preocupación» también pensando en el ajuste de empleo que traería un movimiento de este tipo.

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