El autoconsumo eléctrico, nuevo pinchazo en el legado de Teresa Ribera

La percepción de que los precios energéticos a futuro no serán muy altos ha relajado a los consumidores

Desde el sector piden cambiar la tipología de ayudas y que se centren en cuestiones fiscales

El autoconsumo afloja ABC

La conjugación verbal con las renovables vive un momento de inquietud. ¿Son el futuro o eran el presente? El sector, a finales de la pasada década, se presentaba como la gran solución energética. Ahora, y con diversas crisis de por medio —incluido el ... apagón del pasado abril—, saltan las alarmas sobre su ritmo de implantación; sobre todo, en algunos segmentos. El autoconsumo eléctrico ha sufrido un frenazo que pone en cuarentena la consecución de objetivos que había fijado la exministra Teresa Ribera. Y no se trata del primer contratiempo.

La secuencia ha puesto en alerta al sector fotovoltaico. En 2022, con los ecos de la guerra de Ucrania, en España se instalaron 2.507 megavatios (MW) de potencia de autoconsumo. En los tejados españoles cada vez asomaban más paneles solares. En el siguiente ejercicio, en 2023, se sumaron 1.706 MW. Se trató de un momento de inflexión. Pero el gran problema surgió en 2024, cuando la cifra se quedó en 1.182, por debajo de 2021, para situarse de manera acumulada en 8,1 GW, según datos del informe anual de UNEF, la patronal que agrupa los intereses del negocio solar.

Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), que tiene objetivos a 2030, y que fue cocinado por Teresa Ribera, había una previsión de 19 GW para esa fecha. El director general de UNEF, José Donoso, aseguró en la presentación del informe que «se va a complicar conseguir las metas si no se toman medidas». Esta declaración, en sí misma, traslada un mensaje de que, de nuevo, las renovables necesitan de factores externos para florecer.

Donoso se hizo eco sobre la nueva legislación que se quiere aplicar, en relación con el autoconsumo colectivo, aunque matizó que eso no va a revertir los problemas que existen en estos momentos.

Necesidades

Desde UNEF asumen que la percepción de unos precios energéticos bajos para los próximos años marcará la tendencia. De igual modo, estiman que se necesita de una simplificación de las gestiones administrativas para que los consumidores se sientan atraídos a la hora de realizar todos los trámites. En cuanto a las ayudas, el sector en su conjunto lleva tiempo pidiendo que haya un mayor peso de la parte fiscal en detrimento del dinero directo que, en muchos casos, termina no llegando.

La situación con el autoconsumo, y la complejidad para conseguir los objetivos, se suma a lo que sucede con los coches eléctricos, donde su ambición descrita en el Pniec está en entredicho. Esta situación pone de manifiesto lo que muchos agentes del sector reprochan desde que el documento se hizo público: que los objetivos eran desmedidos.

Un avance lento

Durante la presentación del documento, y pese a las buenas cifras que traslada el sector, la sensación no es muy optimista. En el horizonte cercano se ven muchas incertidumbres, a nivel de negocio con la captación de precios; o los problemas de vertidos —energía que se derrocha por no entrar en el sistema—. A eso se añade la aceptación social, que ha emergido como un conflicto en muchas regiones, y así diversas cuestiones que traen de cabeza al sector.

En cuanto a las cifras macro, durante 2024 se añadieron 6.039 MW de nueva potencia fotovoltaica en suelo en España, llegando a un acumulado de 32.157 MW.

En almacenamiento, España acumuló 2.205 MWh de capacidad detrás del contador desde 2022, aunque el ritmo de instalación cayó un 34 % en 2024 respecto al año anterior. Existen ya más de 9,5 GW de almacenamiento con permisos de acceso, pero es necesario acelerar la regulación para su desarrollo a gran escala.

En términos económicos, la fotovoltaica generó en 2024 una aportación al PIB nacional de 10.694 millones de euros, lo que representa en torno al 0,7%. El sector también sigue contribuyendo significativamente a la balanza comercial española. Con una industria exportadora fuerte en segmentos como inversores, seguidores solares y estructuras: el año pasado la industria fotovoltaica española exportó 3.400 millones. Un dato que, aunque supone un ligero descenso del 5,7%, sigue siendo muy significativo.

En términos de empleo, a cierre de 2024 el sector fotovoltaico acumulaba un total de 146.764 empleos en España, incluyendo empleos directos, indirectos e inducidos. Las empresas del sector fotovoltaico destinaron 521 millones a I+D+i.

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