Ucrania devuelve las exportaciones alemanas al modo pandemia

La última gran caída de este tipo tuvo lugar en abril de 2020, cuando la pandemia frenó en seco el comercio exterior y ahora las ventas al exterior vuelven a desplomarse con más fuerza de lo esperado por los analistas. Los economistas encuestados por la agencia de noticias Reuters solo esperaban una caída del 2%, después de un crecimiento estacional y ajustado al calendario del 6,2% en febrero. «Esta caída de las exportaciones es el resultado de la guerra de Ucrania» , confirma el economista jefe de Hauck Aufhäuser Lampe Privatbank AG, Alexander Krüger, «los datos de marzo son los primeros en los que realmente se muestran las consecuencias y son, sin duda, más duros de lo que esperábamos».

Las importaciones, por su parte, aumentaron 3,4% en marzo, luego de un alza de 4,7% en febrero y repuntaron un 20,3% interanual, hasta los 117.400 millones de euros. La primera economía europea acumuló un superávit comercial de 3.200 millones de euros, frente a los 11.100 millones de febrero , corregidos de efectos estacionales y de calendario, y los 14.000 millones de marzo de 2021. Se trata de una tendencia que perfila una «modificación de modelo de negocio», según acaba de bautizar el ministro de Finanzas alemán, el liberal Christian Lindner, que después de una edición especial del consejo de ministros de Olaf Scholz, de dos días de duración y celebrado en el castillo de Meseberg, ha confirmado que la combinación de previsiones de crecimiento económico, sumadas a las previsiones de inflación y evolución de las exportaciones, sitúan a Alemania ante un nuevo escenario en el que «las constantemente cambiantes previsiones de costes de nuestras políticas nos exigen ser extremadamente cuidadosos a la hora de programar paquetes de ayudas» y en el que «esperamos poder ofrecer respuestas a partir de ideas innovadoras».

Un apartado especial merecen en esta consideración las exportaciones alemanas a Rusia, que se desplomaron en marzo un 62,3% respecto a febrero , hasta los 900 millones de euros, como consecuencia de las sanciones impuestas a ese país por la guerra de Ucrania, otras medidas restrictivas a las exportaciones y el comportamiento no sancionado de los agentes del mercado. En el lado opuesto, las importaciones desde Rusia cayeron un 2,4%, hasta los 3.600 millones de euros.

En cuanto a as exportaciones a los países miembros de la zona euro, se contrajeron en marzo un 2,9% respecto a febrero, hasta los 45.600 millones de euros, mientras que las de la UE que no comparten la moneda común avanzaron un 0,9%, hasta los 21.000 millones. Las importaciones de los países miembros de la zona euro cayeron un 3,0% hasta los 39.200 millones de euros, y lo mismo hicieron las importaciones de los que no comparten la moneda común, hasta los 17.500 millones de euros. Finalmente, las ventas de Alemania a terceros países que no pertenecen a la Unión Europea cayeron en marzo un 5,1% respecto al mes anterior, hasta los 54.000 millones de euros. La mayor parte de las exportaciones alemanas en marzo tuvieron como destino Estados Unidos, con un incremento del 3,2% respecto a febrero, hasta los 11.500 millones de euros, y las exportaciones a China cayeron un 4,3% hasta los 9.100 millones de euros y al Reino Unido un 3,9% hasta los 5.500 millones de euros.

Dignas de mención son las importaciones de países no pertenecientes a la UE, que aumentaron en marzo un 10,1% respecto al mes anterior, hasta los 60.700 millones de euros. La mayoría de las importaciones de marzo procedieron de China, economía de la que se importaron bienes por valor de 16.300 millones de euros, un 15,8% más que en febrero. Las importaciones desde Estados Unidos subieron un 6,3% hasta los 6.800 millones de euros, y las del Reino Unido un 40,8% hasta los 3.700 millones de euros. Estos aumentos, sumados a la caída de las exportaciones, dibujan el perfil de un país que se aleja de su categoría de potencia exportadora, que a su vez ha venido sosteniendo la fortaleza del euro en los mercados de divisas desde la aparición de la moneda europea. El superávit alemán por cuenta corriente, tan criticado desde el sur de Europa en otros tiempos, amenaza ahora a dejar desamparadas a economías apuntaladas por el euro y que pierden ahora el soporte de una locomotora europea y su motor exportador.