La nueva Repsol perderá músculo

A cierre del año pasado, las reservas probadas de la empresa nacionalizada se elevaban a 1.013 millones de barriles , casi la mitad que las del grupo (en el último ejercicio disponía de 2.091 millones de barriles). De aquellas, el 58% correspondían a crudo y gases licuados y el resto (42%) a gas natural. La sustracción de estas reservas precipitaría a la española muy lejos de los primeros puestos del «ranking» de las compañías más importantes del mundo.

La declaración del 51% de las acciones de la sociedad de «utilidad pública» adelgazará también la cuenta de resultados de la compañía. YPF cerró 2011 con un beneficio de explotación de 1.231 millones de euros, aproximadamente el 25% de las ganancias que presentó la empresa presidida por Brufau (4.643 millones de euros). En cuanto a la producción, la hispanoargentina representaba más del 50%, con una cuota diaria de 495.000 barriles.

La ofensiva comenzó a finales de 2011, poco después de la confirmación del hallazgo de Vaca Muerta. Tanto el Ejecutivo federal como las provincias reprocharon a Repsol haber llevado a cabo durante los últimos años una reducción de inversiones . En el ejercicio anual pasado, YPF invirtió 13.300 millones de euros (3.030 millones de dólares), de los cuales 8.900 se dedicaron a las actividades de exploración y 4.200 millones a refino.

A falta de que el Gobierno argentino determine cuánto está dispuesto a abonar por el paquete accionarial, cuyo precio de mercado está valorado en cerca de 3.500 millones, la expropiación pone punto final a una difícil relación que comenzó en enero de 1999, cuando Repsol compró al Estado argentino el 14,9% de la compañía por 2.000 millones de dólares (1.522 millones de euros al cambio actual). Apenas unos meses después, en abril, la petrolera adquirió el capital restante, el 83,24%, mediante una oferta pública de adquisición (opa) que lanzó la valoración de la compañía hasta los 2,11 billones de pesetas (13.400 millones de euros).

En 2008, Repsol YPF dio entrada al grupo Petersen , encabezado por el empresario argentino cercano a la familia Kirchner, Enrique Eskenazi, que adquirió un 14,9% y se comprometió a elevar su participación hasta el 25%, un proceso que fue avanzando progresivamente y cuya última operación se cerró el pasado mes de mayo, al comprar un 10% más del capital por 880 millones de euros .

Repsol, por su parte, soltaba lastre. Con una producción lastrada por los paros gremiales y la caída de la demanda, que disminuía a un ritmo del 5% , y los diversos careos con la Casa Rosada, la española optó por diluir su presencia. Se marcó como objetivo controlar, como máximo, el 50% de YPF.

Por otra parte, Repsol tiene previsto convocar a su consejo de administración el día 25 en su reunión habitual de cada mes. Sin embargo, algunas fuentes apuntan que la petrolera podría celebrar en las próximas horas un consejo extraordinario, dada la gravedad del caso, para estudiar la estrategia a seguir.

Asimismo, las Bolsas de Madrid, Buenos Aires y Nueva York continuaron ayer el castigo a las acciones de Repsol y de YPF que comenzó hace unos meses cuando el Gobierno argentino empezó su acoso contra la filial de la petrolera española. Ayer, los títulos de Repsol sufrieron un mínimo descenso, hasta los 17,47 euros, seguramente porque la noticia de la expropiación se conoció cuando las bolsas europeas acababan de cerrar. En cualquier caso, la cotización de la petrolera ha caído ya más del 26% este año.

Por su parte, la Bolsa de Nueva York (NYSE) suspendió la cotización de las ADR (instrumentos financieros requeridos a las entidades extranjeras para inscribir sus acciones) de YPF después de que se desplomaran un 20%, hasta los 17,41 dólares. La cotización de esta petrolera ha bajado casi un 50% en 2012.