Una nueva amenaza para las contrataciones: cómo afectará el nuevo «impuestazo» al trabajo

Las bases de cotización son la referencia que toma la Seguridad Social para calcular cuánto tiene que pagarle los trabajadores y los empresarios. Esa base, en realidad, se corresponde con el salario del trabajador. Pero tiene límites. En 2020 serán 1.108 euros al mes por abajo y 4.184 euros por arriba.

Cuando un trabajador gana más de estos 4.184 euros brutos al mes no tiene que cotizar por la cantidad que supere ese salario. Por ejemplo, si un trabajador tiene un sueldo de 5.000 euros mensuales solo se calcula lo que tiene que cotizar sobre los primeros 4.184 euros, el resto está exento.

No, también subirán las mínimas de los asalariados y aún debe concretarse si también la de los autónomos. La subida del salario mínimo en un 5,5%, hasta 950 euros mensuales elevará las bases de los que menos ganan en el mismo porcentaje, dado que ambas están referenciadas.

El dinero lo ingresa en la Tesorería de la Seguridad Social el empresario, pero no es el que se hace cargo de toda la cotización, aunque sí la mayor parte. Las cotizaciones se dividen en varios conceptos. Las principales por su cuantía son las de contingencias comunes, que se corresponden básicamente con lo que se recauda para pagar las pensiones. Por ellas, se paga el 28,3% de la base de cotización, de los que 23,6 puntos los asume el empresario y el resto 4,7 puntos, el trabajador. Cuanto más amplia sea la base de cotización, mayor será la aportación que tendrán que hacer los empresarios por sus empleados y, en menor medida, los trabajadores.

El pasado ejercicio cuando las bases máximas aumentaron un 7% la CEOE ya avisó de que este alza, junto a la subida del 22,3% del salario mínimo podría dañar el empleo y que las empresas tendrían menos recursos para incrementar los sueldos.