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Las listas de la discordia: los datos fiscales que acabaron en manos de Hacienda

En los últimos años las filtraciones de información de clientes en paraísos tributarios han cambiado por completo la lucha contra estas jurisdicciones

Suiza acabará con el secreto bancario en 2018 EFE
Javier Tahiri

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Cuando la historia repase la lucha contra los paraísos fiscales contará 2009 como el año en el que cambió todo. Unos meses después de que Lehman Brothers quebrara y se iniciara una crisis que aún duraría cinco años más, el G-20 –que reúne a las veinte economías más poderosas del planeta, un club en el que España es «invitado permanente»–, declaró entonces l a guerra a las jurisdicciones opacas para intentar atajar el agujero fiscal que ganaba peso en sus arcas públicas. «La época del secreto bancario y los paraísos fiscales ha acabado» , declaró públicamente el entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy .

Sin embargo, unos meses antes y bajo cuerda, lejos de los focos de los medios de comunicación, otro hecho contribuyó quizás con más fuerza a acorralar a los territorios opacos: el informático de la filial suiza del banco HSBC Hervé Falciani entregaba a las autoridades francesas los datos de 130.000 clientes con cuentas en el banco entre 2006 y 2007. A su vez, la entonces ministra de Economía gala, Christine Lagarde , distribuía parte de estos datos a autoridades europeas como la española, la británica o la italiana que comenzaron a investigar. Desde entonces ha habido varias listas y filtraciones que han estrechado el cerco sobre estos territorios opacos.

En ambos ámbitos, la lucha contra los paraísos fiscales se ha recrudecido. Tanto la coordinación multilateral como la obtención de datos por otras vías han contribuido a la pérdida de poder en la mesa de negociación de jurisdicciones «offshore» en los últimos años. Quizá la segunda opción haya tenido más peso, ante la amenaza de la transparencia –forzada– que hacía peligrar que salieran a la luz cientos de datos como la «lista Falciani» o los más recientes «papeles de Panamá» –desvelado por el Consorcio de Periodistas Internacionales de Investigación–.

Pese a las apariencias, la lucha internacional también ha dado sus frutos. Austria y Luxemburgo ya han aceptado que acabarán con el secreto bancario –la confidencialidad de los clientes de sus bancos– en 2017, Suiza lo hará en 2018 y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos han potenciado acuerdos de intercambio de información cada vez más profundos –primero de datos individuales, después de acceso automático en 2018, el siguiente paso irá contra los propietarios de las sociedades opacas –.

La presión diplomática se ha complementado con la incertidumbre de desconocer qué país iba a ser el centro de la siguiente filtración.  Las listas obtenidas de una forma (ilegal) u otra por informantes, informáticos y ambos a la vez, no han dejado de repetirse en los últimos años y Hacienda se ha beneficiado de ello.

Más datos de Alemania

La última relación de nombres y apellidos que ha llegado a España ha sido entregada por Alemania . El lander de Renania del Norte- Westfalia pagó 18 millones de euros en 2012 por 11 CDs repletos de información sobre contribuyentes con cuentas en Suiza, entre los que figuran unos 8.000 millones de euros de residentes españoles, como ha anunciado la región alemana, que ha distribuido los datos a 27 países europeos. La Agencia Tributaria se encuentra en estos momentos evaluando la veracidad y alcance de esta información.

Lista Falciani

Sin embargo, la filtración que tiene más influencia en este proceso fue la llamada «lista Falciani». Francia remitió a España una lista con 1.972 fichas de españoles con cuenta en el HSBC de Suiza en 2006 y 2007. De ellos, Hacienda identificó a 1.800. Se trató de la regularización fiscal más grande «que haya visto el país en toda su historia» , señaló en 2011 el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña. La Agencia Tributaria recaudó 260 millones de euros .

Unos 659 españoles fueron investigados, de los que solo se logró localizar a 558 por carta, a los que se les incitó a legalizar su situación. En su momento la oposición al Gobierno del PSOE calificó el proceso como «amnistía Falciani», ya que los incluidos evitaron consecuencias penales –y sanciones mayores– por no declarar su patrimonio a Hacienda. Entre los que recibieron la famosa misiva estaba la familia Botín . La Agencia Tributaria justificó el aviso a los evasores en que no estaba segura de la fiabilidad de los datos .

Por otro lado, otros 101 casos prescribieron. Muchos de estos nombres, posteriormente, fueron publicados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. En 2013, Falciani entregó una nueva lista de clientes con cuentas en Suiza en 2008 a la Agencia Tributaria.

Los 200 de Liechtenstein

Antes de la «lista Falciani», Reino Unido envió a España en 2007 datos sobre cuentas de contribuyentes españoles en Liechtenstein . Como detalló en 2011 en el Congreso de los Diputados Carlos Ocaña, la información afectaba a 200 personas de 85 familias y era de 2002 y ejercicios anteriores. Las declaraciones extemporáneas realizadas permitieron a la Agencia Tributaria recaudar cerca de ocho millones de euros .

«Luxleaks» y «papeles de Panamá»

A diferencia de las anteriores, estas listas no han sido remitidas a la Agencia Tributaria, sino que se han publicado en medios que forman parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación –en España, «El Confidencial» y «La Sexta»–. El «Luxleaks» no afectaba a particulares y permitió conocer los acuerdos fiscales de Luxemburgo con grandes empresas para rebajar su factura tributaria a cambio de establecerse en el Gran Ducado, mientras el ahora presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, era aún primer ministro.

Por otro lado, los «papeles de Panamá» han revelado el nombre de conocidos españoles con cuentas o sociedades en el despacho panameño Mossack Fonseca, si bien muchas de estas participaciones estaban en otras jurisdicciones como Bermuda o Islas Vírgenes. Entre los casos más llamativos figuran la hermana del Rey Juan Carlos I , Pilar de Borbón , el director de cine Pedro Almodovar o el ya ex ministro de Industria, José Manuel Soria . «Yo celebro que se publiquen los nombres», valoró el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que pidió que los medios remitieran los datos a la Agencia Tributaria para investigar.

A diferencia del pasado, las jurisdicciones opacas ya no pueden controlar escapes puntuales de información que vulneran la confidencialidad de sus cuentas. El economista Gabriel Zucman cifraba hace tres años en 4,69 billones de euros la cantidad sin declarar en paraísos fiscales, de los que 144.000 millones procedían de España. Aún quedan listas por conocer.

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