Suma y sigue

Pero podemos hacer algo así como la suma y sigue del impacto. Las cifras son tremendas y lo malo es que crecerán hasta que seamos capaces de distribuir el número de vacunas suficientes para obtener la protección necesaria para volver a una «verdadera normalidad».

De momento apunta a 109.400 empresas desaparecidas y 1,14 millones de personas, entre puestos de trabajo perdidos y acogidos a los ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo). La cifra real final será diferente, pues a ella habrá que restar quienes consigan retornar a sus empleos anteriores y sumar los nuevos parados que afloren tras las nuevas restricciones, más los autónomos que echen la persiana ante la imposibilidad de seguir adelante con sus ocupaciones actuales.

Supongo que se hará usted una idea de lo que cuesta crear 109.400 empresas nuevas en nuestro país para volver a la posición inicial y encontrar más de un millón de puestos de trabajo en esta economía de la incertidumbre. Por ahora seguimos anestesiados con las ayudas concedidas y los créditos otorgados, dos medidas que alivian el dolor inmediato pero que no curan la enfermedad de fondo.

El Gobierno de coalición se ha convertido en un auténtico experto en esto de administrar paliativos. La inmensa mayoría de las decisiones adoptadas en estos últimos diez meses ha ido dirigida a soportar los efectos de la crisis y no a luchar de verdad contra sus causas. Se conforma con dar subvenciones y bonificar créditos y se olvida de que el auténtico reto es levantar empresas y crear empleos.

Ahora hay más. Pedro Sánchez tuvo el jueves una intervención magistral. Dijo que las actuaciones del Gobierno había conseguido evitar una caída de tres puntos de PIB que había sido provocada por las restricciones decretadas por las comunidades autónomas. Es decir, él arregla lo que otros estropean. Se puede ser más caradura, pero es muy difícil. Se necesitan una condiciones naturales extraordinarias... y mucho entrenamiento.