Estos son los obstáculos en la reforma laboral que ponen en riesgo los fondos europeos
El equilibrio de poder en la negociación colectiva, la ultraactividad y el peso de la temporalidad en el empleo, son algunos de los escollos en la negociación que han terminado por llevar la coalición de Gobierno al límite
El equilibrio de poder en la negociación colectiva , la ultraactividad de los convenios y las fórmulas para acotar la elevada temporalidad en el empleo son tres de los escollos en la negociación para reforma el mercado laboral que impiden llegar a un acuerdo. Lo ... que se debate es acabar o no con la esencia de la reforma de 2012, el detonante de una crisis en el Gobierno de cualición cuyo final está aún por escribir. Apenas quedan dos meses para España presente ante Bruselas las reformas comprometidas, como la laboral o la de pensiones. Y en la primera son muchos los obstáculos que impiden un acuerdo en el diálogo social, el que reclama Bruselas para dar un nuevo manguerazo del ‘maná europeo’, 10.000 millones de euros que según la hoja de ruta marcada deberían llegar a España el próximo diciembre.
Estos son los principales obstáculos que impiden a España cumplir sus compromisos con las autoridades comunitarias:
Coto al poder empresarial
La reforma de 2012 dio todo el poder a las empresas para bajar sueldos y recortar las condiciones laborales de los trabajadores. El convenio de empresa estaba destinado a prevalecer sobre todos de sector. La propuesta de Díaz va en la dirección inversa y busca poner coto a la modificación sustancial de condiciones de trabajo, uno de los sellos de identidad de los cambios introducidos en la norma por el PP y que permite a las empresas modificar condiciones de los contratos siempre que estas hayan soportado una caída continuada de la actividad durante varios trimestres. Trabajo busca endurecer sustancialmente esta baza empresarial: pide incorporar a los sindicatos al proceso, exige una mayor justificación de los hechos que motivan los ajustes y limita su duración, pues establece que «no podrán prolongarse más allá del periodo que resulte justificado en virtud de la causa alegada».
Freno a la temporalidad
Reducir la temporalidad es objetivo compartido por Gobierno, empresarios y sindicatos, pero la hoja de ruta para poner coto a este desequilibrio es muy diferente. El último borrador presentado por Yolanda Díaz en la mesa de negociación fija el total de la plantilla se deberá calcular sumando el número de contratos vigentes a 31 de diciembre, independientemente de su modalidad, y los que se hayan extinguido. E insiste en que únicamente podrán justificarse los contratos temporales en dos situaciones: cuando haya un «incremento ocasional e imprevisible de la actividad empresarial que no pueda ser atendido con la plantilla habitual de la empresa» y para «sustituir a una persona con derecho a reserva de su puesto de trabajo». La reforma, tal y como está planteada, ha sido rechazada por el mundo empresarial, que denuncia que con estos cambios se castiga a autónomos y pymes. La tasa está situada en el 25% frente al 14% de media en Europa.
Además, tras las restricciones a los temporales -que en principio solo podrían ser utilizados para cubrir bajas y picos de demanda imprevistos- se plantea que los contratos fijos discontínuos se firmen para «trabajos de naturaleza estacional o vinculados a campañas, para el desarrollo de aquellos que no tengan dicha naturaleza pero con fechas de llamamiento cierto aunque indeterminado». Estas nuevas condiciones coinciden con la eliminación de contrato fijo de obra, muy usado en la construcción, y que está vinculado a la duración del trabajo asignado
Recuperar la ultraactividad
La denominada ultraactividad, limitada a un año por la reforma del Gobierno del PP, está también en la diana. Este mecanismo que supone la prórroga autómática de los convenios era uno de los mayores elementos de control que tenían los sindicatos en las negociaciones de los convenios. Si este llegaba a su fin y no se renovaba, permanecía vigente hasta que se firmaba el nuevo y lo hacía sin fecha de caducidad, lo que durante años ha servido como fórmula de presión en las negociaciones.
Regular la subcontratación
Trabajo, con apoyo de los sindicatos, busca mejorar las condiciones de los trabajadores de las empresas contratistas y subcontratistas. Para ello establece que el convenio de aplicación sea el correspondiente a la actividad, aunque esta sea diferente de la que desempeñe la empresa principal. La propuesta sí permite que se aplique el convenio propio de la contrata si este garantiza los mismos derechos que el sectorial.
El Ministerio de Trabajo y los agentes sociales volverán a verse hoy las caras en un nuevo encuentro para avanzar en la reforma que más preocupa a las autoridades comunitarias, que solo piden medidas para atajar la temporalidad y para frenar la tasa de paro juvenil que alcanza el 40%, la más elevada de Europa.