El precio del petróleo baja como un cohete y las gasolinas, como plumas

Esta falta de reciprocidad se debe a varios motivos, empezando por que las petroleras tratan de mantener sus márgenes comerciales para compensar -aunque sea ligeramente- las fuertes caídas de ventas (más del 25%) registradas por la crisis económica.

Otra razón, fundamental, es el tipo de cambio euro/dólar, ya que las petroleras compran el crudo y los productos en dólares, pero venden los carburantes en euros. El hecho de que la divisa europea se ha depreciado un 7% desde el verano (de 1,36 a 1,26 dólares) ha servido para frenar el descenso de los precios de los combustibles.

Asimismo, las petroleras insisten una y otra vez en que no hay que tomar como referencia la cotización del petróleo respecto a la evolución de los carburantes, sino las cotizaciones internacionales de la gasolina y del gasóleo. En concreto, de los mercados del Mediterráneo y del norte de Europa. Sin embargo, esta afirmación, totalmente cierta, se ha quedado en las últimas semanas en fuera de juego ya que, por ejemplo, la cotización del gasoil en el mercado de futuros de Londres ha bajado un 20% en los últimos cuatro meses (de 937,5 a 746,5 dólares la tonelada). En resumen: mientras el crudo se ha abaratado un 25% desde junio y el gasoil un 20%, los precios de los combustibles solo lo han hecho entre un 6,5 y un 9%.

Las petroleras niegan lógicamente que no estén trasladando a los precios de venta al público los descensos de las cotizaciones del crudo y de sus derivados. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, explicó hace unos días que si se comparara la evolución del petróleo y de los carburantes en euros, su resultado sería muy parecido y aseguró que las caídas del crudo se trasladan a la gasolina y al gasóleo.

Desde AOP (Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos) destacan otras cuestiones que aunque son evidentes pasan desapercibidas. «No se puede comparar la evolución de la cotización de un barril de petróleo, que no tiene impuestos, con el de un litro de gasolina o de gasóleo, de cuyos precios de venta al público un 51 y un 45%, respectivamente, son impuestos». En esta misma línea, subrayan que aunque el crudo y sus derivados registren una notable caída en los mercados internacionales, los impuestos siguen siendo los mismos, lo que evita un mayor abaratamiento de los combustibles. Así, si la cotización de la gasolina baja 10 céntimos de euro por litro y si consideramos un precio base de 100, supone una caída del 25%. Sin embargo, en el precio de venta al público solo supone un descenso del 10%.

Hay que recordar que de un litro de gasolina de 95 octanos que cueste 1,4 euros, 0,708 son impuestos (0,243 de IVA, 0,040 del impuesto especial autonómico y 0,425 del impuesto especial estatal). El coste propio de la gasolina y del biocarburante suponen 0,541 euros. Los últimos 0,15 euros se reparten entre los costes de la estación de servicio, incluido el personal (0,10 euros), el coste del transporte a la gasolinera y de las reservas estratégicas (0,03) y el margen bruto mayorista (0,02 euros).

El último informe de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) indicaba que los precios antes de impuestos de la gasolina 95 en España fueron superiores a los de las medias europeas (3,5 céntimos de euro por litro respecto a la zona euro y 4,7 céntimos sobre la UE-28).