MERCADO DE DIVISAS
El «chollo» de viajar a Estados Unidos peligra por la depreciación del euro
Un euro más bajo es positivo para las exportaciones y ganar competitividad pero también tiene consecuencias negativas

15 de julio de 2008. La crisis es todavía un leve susurro en Europa. Indicios de que el fin del crecimiento de los años anteriores había llegado, pero no mucho más. La crisis es cosa de Estados Unidos, pensábamos, con los primeros problemas en sus entidades financieras desde un año antes . Ese día el mercado de divisas cierra con un cambio de 1,5990 sobre el dólar. El euro superaba su primer lustro en circulación y casi una década en cotización con un sobresaliente vigor sobre la moneda de referencia en los mercados financieros. Aquel día el euro alcanzaba su máxima cotización histórica respecto al billete verde.
Por entonces, era común escuchar y leer artículos en los que se animaba a «aprovechar» el chollo de un euro tan fortalecido para viajar a Estados Unidos. Un turista europeo que cambiase 1.000 euros podía recibir por encima de 1.500 dólares. Esa realidad comenzó a transformarse cuando la Reserva Federal de Estados Unidos decidió acometer una bajada en los tipos de interés. En verano de 2008 el Banco Central Europeo (BCE) había hecho justo lo contrario, llevando los tipos de interés por encima del 4% para hacer frente a la inflación. El efecto combinado de las dos decisiones llevó al euro hasta un cambio de 1,30 dólares.
Cuando la crisis golpeó a Europa con cintundencia y el BCE viró su política en materia de tipos de interés el euro volvió a repuntar, pero la mayor implicación de la FED mediante políticas monetarias menos convencionales, los programas QE (Quantitative Easing) de compra de bonos nunca dejaron al euro bajar de una cotización de 1,20 y la volvieron a llevar en algún momento cerca del 1,50. Cuando la crisis del euro llevó a Europa a una segunda recesión, los mandatarios y la opinión pública comprobaban preocupados como una economía debilitada tenía una moneda tan fuerte. El consenso sobre que el euro estaba sobrepreciado parecía total .
En una Europa en la que las exportaciones han ayudado a salir de la recesión a los países más afectados por ellas, un euro fuerte era una amenaza para que persistiese su crecimiento en el tiempo. Pese a que la FED lleva meses replegando posiciones de su programa de estímulos , las dudas sobre si el BCE se expondría a un programa similar ante el parón de la economía europea volvió a llevar la cotización por encima de 1,40. Hasta estama semana. El anuncio de Mario Draghi de que desarrollará un programa de compra de activos en el mes de octubre , aunque falto de concreción ha provocado un vuelco casi automático en el mercado de divisas. El euro cerraba ayer ligeramente por debajo de 1,30. La explicación es sencilla: mientras la FED ya comienza a retirar liquidez, el BCE anuncia que saca el helicóptero. Los analistas apuntan que si los dos programas se desarrollan en los próximos meses como está anunciado seguiremos atendiendo a esta depreciación del euro. Hasta llegar al entorno de un cambio a 1,20 dólares, la media de cotización de estos tres lustros desde que cotiza el euro.
El 1 de enero de 2002, después de tres años cotizando ya en los mercados financieros, el euro entró en circulación. Ese día su cambio con el dólar era de 0,9038. En julio de ese año superó la paridad con la divisa estadounidense y desde entonces no ha vuelto a rebasar esa barrera. Y tampoco parece que lo vaya a hacer ahora, salvo que Draghi sorprenda con un programa ambicioso de actuación, para lo que requeriría de un mayor consenso del que ahora tiene en el Consejo del BCE. Porque Draghi ya anunció el pasado jueves que las medidas anunciadas no gozaron de unanimidad .
Depreciar el euro era una de las necesidades europeas para mantener la competitividad en sus exportaciones y ganar competitividad. Los duros ajustes que han acometido los países del sur de Europa no estaban teniendo los efectos deseados en la competitividad porque la sobrepreciación de la moneda única se «comía» esos esfuerzos. También benefciará a los países receptores de turismo. Pero una depreciación de la moneda también encarece las importaciones , y en el caso de un país tan dependiente como España en materia energética esto afectará a la factura y al precio de la gasolina. En eso lo notará el cuidadano de a pie, pero también cuando vaya a viajar a Estados Unidos y en cualquier casa de cambio le den mucho menos dinero que en 2008 y 2009.
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