adiós a empresas de toda la vida
Empresas bandera caídas de la crisis
Elevada deuda, caída del consumo y falta de crédito ponen contra las cuerdas a históricas firmas como Fagor, Panrico, Pescanova, Scalextric...
susana alcelay / mª Jesús Pérez
Fagor, Panrico, Flex, Pikolin, Scalextric, Pescanova, Caramelo, Nueva Rumasa... El viento gélido de la crisis se ha llevado por delante casi 240.000 empresas en España , más de 180 de media cada día, muchas de ellas emblemáticas. Al acabar 2007, cuando empezaron a surgir los ... primeros síntomas del tornado que en pocos meses llegaría, en nuestro país había 1.405.938 empresas que cotizaban al régimen general de la Seguridad Social. Cinco años después, la cifra se ha reducido hasta 1.167.397. Esto quiere decir que durante el último lustro se han cerrado 238.541 empresas. La elevada deuda, la caída del consumo y la falta de crédito ha situado a muchas empresas al borde del abismo, sin solución de continuidad en muchos casos.
Fagor
Ha sido la última en «caer». Esta misma semana medio sorprendía, si bien era un secreto a voces, al presentar un preconcurso de acreedores. Tras pasar los últimos meses luchando contra viento y marea para poder encontrar un acuerdo de financiación que le permitiese seguir con la actividad, la firma del grupo de cooperativas Mondragón se ha visto obligada a cerrar. Fagor viene acumulando una deuda que sobrepasa los 800 millones y en los últimos cuatro ejercicios lo único que ha hecho es sumar más deudas en su balance. Las necesidades financieras se cifraron en unos 120 millones de euros, pese a que el pasado mes de mayo ya recibió una inyección de liquidez de 70 millones. Sin embargo, esa cantidad no fue suficiente y el grupo se ha visto abocado al preconcurso. Ahora, tiene cuatro meses para buscar liquidez para reestructurar la compañía y dejarla en la mínima expresión, al 20% de su capacidad . Una salida ordenada y pactada entre el Gobierno central y el vasco que -junto con el resto de cooperativistas- podrían poner esos 120 millones a partes iguales (40 cada uno), para evitar el efecto dominó en otras empresas del grupo también debilitadas, como Eroski.
Pescanova
La de Pescanova es la historia de una multinacional compuesta por más de 160 empresas que se precipitó desde lo más alto en cuestión de días y que lucha por sobrevivir a sus deudas. Pescanova emplea a más de 10.000 personas en 160 empresas . La caída comenzó con un apremio por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para la presentación de sus cuentas anuales, que llegaban con retraso. Poco después, se anunciaba una deuda de unos 1.522 millones de euros. Pero eran más. De hecho, la deuda del grupo alimentario se aproxima a los 3.000 millones de euros, es decir, otros 1.500 de euros por encima de lo que figuraba en el pasivo auditado, correspondientes a operaciones que no estaban contabilizadas. Saltaban todas las alarmas. En septiembre, la junta de accionistas nombraba un nuevo presidente, José Manuel Urgoiti, cuya máximo objetivo es llegar a un acuerdo de quita con la banca acreedora . Mientras, su antigua directiva está ante la justicia.
Scalextric
A finales de noviembre de 2012 cuando la mítica marca cumplía medio siglo en España, su firma distribuidora en los últimos años, Tecnitoys, entró en concurso de acreedores asfixiada por una deuda de 14 millones de euros y una caída de las ventas próxima al 80% desde que comenzó la crisis. Fábrica de Juguetes, propiedad de Educa Borras, se hizo en exclusiva con la distribución nacional de la emblemática firma, así como su distribución internacional.
Orizonia
El grupo se declaró el pasado 15 de febrero en preconcurso de acreedores, lo que abrió un periodo de cuatro meses en el que se blindaba contra cualquier posible petición de concurso por parte de sus acreedores. Aunque pocos días después la compañía turística anunció su cierre con un ERE que afectó a sus 5.000 trabajadores y la venta fraccionada de sus activos. Fallaron los intentos de colocar la compañía a Globalia .
Flex y Pikolin
El sector del descanso no pasa tampoco por su mejor momento, las ventas de emblemáticas firmas han caído en picado . En 2011 Flex trasladó su producción a Portugal después de cerrar su planta en Sevilla mientras que la competidora Pikolin presentó una regulación de empleo para 236 trabajadores a principios de este año, casi todos en Zaragoza, aunque el ERE acabó en 45 despidos, la mayor parte prejubilaciones.
Caramelo
La «extrema situación» económica que atraviesa ha llevado a la firma de moda Caramelo a solicitar ante el Juzgado Mercantil de A Coruña el concurso voluntario de acreedores y a anunciar un ERE para toda su plantilla, más de 400 empleados. La dirección de la firma de moda gallega justificó su decisión en «las recurrentes pérdidas de explotación de los últimos años y, en particular, en la constatación de la caída de las ventas del primer trimestre de 2013».
La empresa está integrada en el grupo Inveravante, la corporación fundada en 2007 por Manuel Jove (fundador de la extinta Fadesa). A pesar de estar sostenida por este holding que aglutina un complejo entramado societario y diferentes divisiones de negocio, no ha conseguió superar las dificultades vinculadas al descenso del consumo.
Blanco
Caramelo ha sido un ejemplo de que que las firmas de moda españolas atraviesan un mal momento, pero no es el único, también Blanco. Castigadas por la larga crisis económica que ha derivado en unas elevadas tasas de paro y el desplome del consumo, el grupo textil Blanco , el séptimo mayor de España, se sumó el pasado mes de junio a la lista de compañías del sector en concurso voluntario de acreedores.
El concurso voluntario de la matriz, Avance y Diseño, y sus filiales (Diagomoda, Tiendas Blanco España, Blanco Moda Internacional y Blanco Shop) se presentó en el Juzgado Mercantil número 8 de Madrid. El grupo, controlado por el empresario Bernardo Blanco y fundado por este en el año 1960, está presente en 23 países y cuenta con 270 tiendas repartidas por el mundo. Su plantilla ronda los 2.000 empleados y en 2012 facturó unos 300 millones.
Nueva Rumasa
Los chocolates Elgorriaga. Los flanes de Dhul. Los batidos Cacaolat. Los yogures Clesa. El paté Apis. Los Tranchettes... Son marcas que han ocupado las despensas de los españoles durante décadas y que ahora no es fácil encontrar en los supermercados. Todas ellas y tantas otras formaban parte del grupo Nueva Rumasa. La caída del imperio amasado por la familia Ruiz Mateos dejó a este conglomerado empresarial en situación límite. En febrero de 2012, José María Ruiz-Mateos ofrecía su primera rueda de prensa en 17 años, acompañado de sus hijos varones. Dijo aquello de «si no tuviera fe me pegaba un tiro» y avisó de la delicada situación de las empresas: las más conocidas en preconcurso.
¿Qué ha pasado con las empresas de la quebrada Nueva Rumasa? Han sido troceadas y vendidas por la administración concursal. Dhul fue vendida por dos millones a la francesa Andros. Chocolates Elgorriaga traspasada a Urbasa con un préstamo de dos millones de la Junta de Castilla y León. Clesa fue desmantelada y vendida. Cacaolat fue comprada por Damm... Triste final para empresas emblemáticas.
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