«Vimos gente muriendo delante de nosotros»: nueve senderistas fallecen en el Himalaya por una tormenta de nieve

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Gonzalo Cabeza

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La expedición estaba formada por 22 personas, divididas en 3 guías locales y 19 miembros de la citada agrupación alpina, que se encontraban realizando una ruta a gran altitud en Shastra Tal (Himalaya de Garhwal, India) de 23 kilómetros y con un desnivel de 1.600 metros. Cuando se encontraban en el camino de regreso, en torno a las 14.00 horas, comenzó a nevar con cierta intensidad, convirtiéndose en una fuerte tormenta de nieve según iba pasando el tiempo.

Según Krishna Byre Gowda, ministro de Karnataka, «la nieve y el viento imposibilitaban el movimiento. La visibilidad cayó a cero y los senderistas se acurrucaron juntos para pasar la noche», algo que no fue suficiente ya que para la mañana siguiente ya habían fallecido seis de ellos. Otros tres lo harían desde ese momento y la llegada de los equipos de rescate.

Gowda también informó que «algunos de los excursionistas que estaban en condiciones de desplazarse se dirigieron hacia el campamento alrededor de las 11 de la mañana del día siguiente. Los guías bajaron al campamento y regresaron con provisiones para los excursionistas». Horas más tarde, uno de los guías logró llegar a un punto donde consiguió cobertura telefónica, informando de la terrible y delicada situación a las autoridades.

Tras recibir la llamada de auxilio, «el Ejército, la Fuerza Aérea, la SDRF [Fuerza Estatal de Respuesta a Desastres] y varias agencias y organizaciones gubernamentales» prepararon una operación de rescate que se puso en marcha a primera hora del día siguiente, casi 48 horas después del inicio de la tormenta.

Madhu Kiran Reddy, uno de los supervivientes, relató al citado medio local los terribles sucesos: «Todo iba bien hasta que empezó la tormenta de nieve y después fue un caos. Vimos gente morir frente a nosotros mientras nos refugiamos bajo una gran roca. Sólo después del rescate supimos que estábamos a sólo una hora del campamento base».

Según las autoridades sanitarias locales, todas las muertes se produjeron debido a hipotermias producidas al caer la temperatura corporal por debajo de los 35 grados centígrados. El intenso frío impidió también a los expedicionarios beber agua, provocándoles serias deshidrataciones.