ATLETISMO
Thierry Ndikumwenayo y Yasemin Can hacen historia en el 40º Cross de Itálica
El atleta recién nacionalizado español se impone en la prueba masculina mientras que la turca de origen keniata lo hace en la femenina; la sevillana Carolina Robles, tercera española y séptima en la general
Itálica, reclamo ineludible para la élite del cross
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Iniciar sesiónAl esprint y casi con la necesidad de la foto-finish, qué espectacular desenlace, se decidió la 40ª edición del Cross de Itálica, que en un año tan especial para el certamen de Santiponce, uno de los mejores crosses del mundo, merecía una ... despedida así en la prueba internacional masculina, la que le puso el colofón a una jornada brillante, con el sol en todo lo alto de las ruinas, amén de una temperatura más primaveral que otoñal. Los expertos del campo a través apuntaban como favorito de las quinielas a Thierry Ndikumwenayo, atleta nacionalizado español por carta de naturaleza aunque de origen burundés que acredita la mejor marca mundial del año en los 3.000 y venía de vencer en Soria y Atapuerca.
Todos los focos lo señalaban, también a su amigo, compatriota y compañero del Playas de Castellón, Rodrigue Kwizera, que se había coronado en Itálica en 2021 y se plantaba de nuevo en el albero poncino, firme, seco y sin barro, con la intención de repetir victoria. La peleó hasta el final, y de qué manera, codo con codo en la última curva, ese pronunciado giro a la derecha para enlazar con la recta definitiva que desemboca en el arco romano. Ninguno de los dos dio su brazo a torcer, pero antes de la curva le había arrancado ya unos metros Ndikumwenayo que fueron determinantes para llevarse la victoria, entronizarse en Itálica y convertirse, de paso, en el primer español en imponerse en el yacimiento arqueológico desde que Juan Barón lo hiciera en 1983, en la segunda edición de un certamen que este domingo ha cumplido, ahí es nada, las cuatro décadas de existencia.
Y desde luego que deportivamente estuvo a la altura de la ocasión. Resultó, de principio a fin, una carrera magnífica, apasionante, sorprendente e indescifrable por tramos. Se puso al frente Adel Mechaal, junto a Bizoza, en las dos primeras vueltas hasta que el ritmo imparable de los africanos se fue imponiendo y pasó al segundo grupo, mayoritariamente de integrantes españoles que peleaban por una buena posición con vistas al Europeo de Turín ante la atenta mirada del seleccionador, José Peiró, presente en Itálica para comprobar las evoluciones de los seleccionables.
Mohamed Katir, la otra gran baza nacional junto al propio Mechaal y Ndikumwenayo, probó sus límites, exprimiéndose en el grupo de Kwizera, Kibet, Waithaka, Mebrahtu y el propio Ndikumwenayo. Al inicio, el grupo de los líderes era mucho más nutrido, pero lógicamente se fue desmembrando y reduciéndose ante la fatiga que produce el circuito, de muchas subidas y bajadas. A Itálica hay que conocerla muy bien porque puede atragantarse, como les sucedió a Maru, Ayeko y Hassaous, que perdieron comba respecto al sexteto cabecero.
Katir, imperial, aguantó hasta que le alcanzaron las fuerzas y la carrera se adentró ya en los últimos metros. Los 10.092 oficiales del circuito pueden hacerse muy largos. Aceleraron entonces Kwizera, que buscaba su segunda victoria consecutiva en las tierras de Trajano y Adriano, y Ndikumwenayo, un atleta espectacular que ya posee la nacionalidad española pero aún no podrá ser convocado por la selección. Ganó con un tiempo de 28 minutos y 51 segundos, el mismo que le acreditaba la estadística oficial a Kwizera. El keniata Levy Kibet completó el podio. Katir (sexto), Hassaous, Paniagua, Mechaal y Alaiz fueron los siguientes españoles en la meta y en completar la relación de los diez primeros clasificados.
Barreiro, cuarta
En la prueba absoluta femenina, que por primera vez en la historia del Cross de Itálica se disputaba sobre la misma distancia que la masculina (10.092 metros, cuatro vueltas al circuito B), se entronizó Yasemin Can (32 minutos y 31 segundos empleó), atleta de origen keniano pero nacionalidad turca que llegaba a las ruinas de Santiponce compartiendo la etiqueta de favorita con el grupo de africanas y, sobre todo, avalada por su excelencia en la especialidad del campo a través, donde está más que doctorada. Tetracampeona de Europa de cross y vigente campeona continental en los 10.000 metros en Múnich este verano, la nueva emperadora de Itálica demostró sobre el albero sevillano que controla esta prueba a la perfección. Liderando la cabeza con Peruth Chemutai, campeona olímpica de los 3.000, ambas se vigilaron mutuamente, midiéndose y probándose en distintas partes del circuito, prácticamente corriendo en solitario los diez kilómetros del trazado porque el ritmo que impusieron no lo aguantaron ni Purity Chepkirui, campeona del mundo sub 20 de 1.500 metros y también en Lasarte, ni mucho menos las keniatas Meselu Berhe, que acabó compartiendo el grupo de las españolas, y Nancy Jepleting, ésta completamente fundida conforme avanzaba la carrera.
Así que la prueba femenina fue un bonito y estratégico pulso entre dos, entre Can y Chemutai, que prácticamente se decidió en el último kilómetro, cuando al postrero cambio de ritmo de la otomana en la subida previa al descenso que antecede a la entrada en el arco romano ya no tuvo respuesta la ugandesa. Chepkirui, que compitió contra ella misma al quedar descolgada en el tercer lugar, resistió para completar el podio ante el empuje de la mejor española, Isabel Barreiro, asturiana de 23 años que atraviesa un estado de forma excelente. Ya fue la segunda española en Atapuerca, tiene amarrado el billete para estar en el Campeonato de Europa de Turín y en Itálica demostró sus credenciales, sus argumentos, que son potentes.
Alineada al inicio junto a Carolina Robles, Marta García e Irene Sánchez-Escribano, se encontró tan bien físicamente la gijonesa como para desmarcarse de sus compatriotas atacando de largo, cambiando el ritmo y adentrándose en la aventura de correr en solitario, sin perder la vista la zancada de Chepkirui. Con mucha valentía. No pudo cazarla, era demasiada la distancia que las separaba, pero se apuntó un cuarto puesto que en un certamen como el de Santiponce tiene mucho valor y recordará para siempre. Tras Barreiro entraron en la meta Marta García, Berhe, Carolina Robles (séptima, con un tiempo de 34 minutos y 11 segundos) e Irene Sánchez-Escribano. Laura Luengo y Mariana Machado cerraron el top-10.
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