La tercera sesión del juicio apuntala las coacciones: «Iban a salvar a Rubiales y echar a Hermoso a los perros»

A golpe de los testimonios de Rafael del Amo, hasta hace poco presidente del fútbol femenino en la RFEF; la guardameta del Real Madrid Misa Rodríguez, el hermano de Jennifer Hermoso y su compañero en aquel viaje, Vitoriano Martín, se dibujó ante el juez central de lo Penal, José Manuel Fernández-Prieto, el retrato de un puñado de hombres nerviosos que quieren atajar la situación a costa, en este caso, de la principal damnificada. Fue clara la directora del fútbol femenino, Ana Álvarez, cuando se lo advirtió al hermano de Hermoso en un aparte de aquel avión, al aconsejarle que la jugadora no se plegase al vídeo exculpatorio que requería Rubiales: «Todo iba a ser para salvar el culo al presidente y echarla a ella a los perros».

Fue el propio Hermoso quien lo contó ante el juez. Su testimonio explica en buena parte la acusación sobre Vilda, actual seleccionador de Marruecos, pues desde el inicio de la causa explicó que le visitó durante aquel vuelo para recalcar las consecuencias negativas que tendría para su hermana negarse a participar. «Me manda el 'presi' que hable contigo para ver si puedes hablar con tu hermana y convencerla de que en Doha salga con el presidente en un vídeo conjunto explicando que ha sido un acto consentido de cariño y amistad, que ella estaba bien y no tenía ninguna importancia», reprodujo ayer.

Según su versión, lo que al principio fue una conversación «de peloteo», tornó en un tono «enrarecido» cuando Vilda apreció su resistencia. Su propia hermana le había contado en el túnel de vestuarios que Rubiales le había plantado un beso y le había «dado asco» y había visto cómo, ya en el aeropuerto, ella le pedía «medio llorando» que no comentase el tema «con nadie».

«Dejó caer que mi hermana tenía ya una edad y una carrera y que si colaboraba le iba a ir bien, que las puertas de la RFEF iban a estar abiertas y que, si no lo hacía, no se sabía lo que podría pasar», añadió. Vitoriano Martín, sentado a su lado, participó en la conversación. Ante el juez declaró que el seleccionador les dijo que a Jenni «le queda poco fútbol» y en ese vídeo estaba su futuro laboral.

Rafa Hermoso no dijo lo mismo cuando entró aquella noche de regreso a España en dos televisiones que le entrevistaron. El vídeo se mostró ayer en la sala revelando que negó coacciones, y menos, de Vilda. «Mentí para proteger a mi hermana», aseguró.

Pero estaba Misa Rodríguez en la lista de testigos, presente en todas las escenas del relato de la acusación. Aseguró que Jennifer Hermoso «nunca dijo que el beso fuera consentido», que se quedó «anímicamente mal» tras las conversaciones con Rubiales en el vestuario y luego en el vuelo y que sufrió «presiones» también en el viaje a Ibiza -aseguró que Albert Luque se presentó allí para «ayudar a Luis Rubiales»-.

Fue ella quien, sentada justo detrás de Rubiales y su gente, le vio decirle algo a Vilda y a este dirigirse hacia la parte de atrás. Intuyó que «algo pasaba». Ayer declaró que le «siguió por el pasillo» y le vio rondar a Rafael Hermoso hasta, finalmente, hablar con él. Acto seguido, avisó a Jennifer, sabiendo ya que Rubiales le estaba insistiendo en grabar el vídeo. No escuchó ninguna de las conversaciones.

Rafael del Amo, por contra, participó en la primera. «La verdad es que yo lo presencié todo», reconocía ayer. Escuchó a Rubiales decirle a Vilda que «sería bueno que hablase con Rafa (Hermoso) para ver si se puede llegar a un acuerdo y zanjar esto». Y el seleccionador se fue a buscarle.

Según su relato, el propio Rubiales le contó que había besado a Hermoso. «Le dije que esto se arreglaba fácil, que se hablaba con Jenni y se pedía perdón. Él me dijo que perdón no, porque esto era una cosa de mutuo acuerdo y era así», reveló. Estaba delante cuando empezó a «mover al gabinete» para buscar soluciones y no le gustó lo que oyó sobre «presionar o hablar con Jenni Hermoso y los entornos». Se movió a la parte trasera del avión esquivando esa conversación y se topó con una de las capitanas, Ivana Andrés, «llorando». También le habían pedido a ella un vídeo «y que se posicionara» con Rubiales. No quería hacerlo.

Cuando tras la escala de Doha, Rubiales grabó su vídeo en solitario a modo de comunicado, se lo enseñó. Del Amo asegura que fue sincero cuando le dijo: «Eso no se lo cree nadie».

Una perla más dejó el aún presidente de la Federación Navarra de Fútbol. Declaró justo después de que el exjefe de Gabinete de Rubiales, José María Timón, asegurase como testigo que no supo nada de presiones a Hermoso para que saliese en el vídeo. Del Amo le ubicó en esas mismas conversaciones en las que se fraguó todo.

Este jueves se reanudan las sesiones con más testigos: las futbolistas Alexia Putellas,Laia Codina e Irene Paredes, así como la amiga de Jennifer Hermoso que las acompañó en el viaje a Ibiza, Ana Ecube, están convocadas en la Audiencia Nacional a las diez de la mañana.