Sufrido y maratoniano estreno de Djokovic en Australia

Son diez títulos en Australia, sin perder en esta pista de Melbourne desde los octavos de final de la edición de 2018, y aun así, o quizá por ello, hay presión en este Djokovic 2024. Nada parece presagiar que el estreno le lleve a estar activo durante cuatro horas, sobre todo porque enfrente hay un chaval de 18 años que estrenaba cuadro final de un Grand Slam. Pero ahí se debate el serbio, alargado el debut más de lo que requería la teoría, once y media de la noche cuando levanta los brazos por fin, aliviado y con un paso ya dado.

Es un primer set en el que no hay dudas de que Djokovic lo quiere todo de nuevo en Australia: su corona número 11 y, de paso, el título 25 de Grand Slam, donde ningún tenista, ni hombre ni mujer, ha llegado nunca. Hay buena actitud en Primzic, y algunos problemas físicos en el muslo izquierdo quizá fruto de la presión y de la exigencia de los intercambios contra el número 1, pero cuando se suelta, no muestra que le vaya grande ni el escenario ni el rival.

Al contrario, en el segundo set despliega una defensa fantástica, encuentra también a un Djokovic desnortado. Sin la efectividad en los primeros servicios (no llega al 50 % de primeros en este parcial) y con problemas para reaccionar ante la defensa impertérrita del croata. Son turnos de saque que se alargan más allá de los diez minutos y una rotura que, aunque recupera a la siguiente, muestra la tensión de este primer partido en Australia.

No hay derecha afinada y en el revés se le acumulan los errores (acabará el choque con 40). Tanto se envalentona el croata que lleva a Djokovic a cierta desesperación, mano a la oreja cuando la grada empieza a corear el nombre del rival y aviso del juez de silla por pasarse del tiempo al sacar. Tanto se enreda el serbio que cede en ese punto en el que, con más rodaje, es inabordable, el tie break.

La espesura se mantiene al inicio del tercer set, otra vez turnos de saque larguísimos en los que debe hacer valer su experiencia en momentos límite porque Primzic se gana siempre alguna opción de rotura. Prevalece el serbio, no obstante, y aunque en el quinto juego cede el servicio (tras otros 14 minutos), cambia la mirada en el siguiente turno, inyecta un poco más de adrenalina en sus desplazamientos y acaba por derribar la fortaleza del croata tras 67 minutos.

Se libera Djokovic de la presión con el puño al cielo y su grito característico. Han sido veinte errores no forzados en apenas seis juegos, pero a partir de ahí, es el Djokovic que aspira a ese undécimo título en esta pista. Y aun así, es otro set que le exige lo mejor y otros 71 minutos en pista.

El croata aún hará trabajar un poco más al serbio, que no consigue ninguna de sus tres primeras pelotas de partido al resto, y aún le arrebatará un poco más de protagonismo porque le fuerza a jugar una cuarta y una quinta bola de partido. Cuarto horas para empezar, el partido más largo que ha jugado Djokovic en una primera ronda de un Grand Slam.

«Lo pienso y, ufff, le doblo la edad. Lo felicito porque ha tenido un nivel espectacular. El partido ha sido muy físico, sobre todo al final del encuentro. He tenido buenos momentos, pero otros he podido jugar mejor y más agresivo. Ha sido una pretemporada muy corta. Y ahora tengo dos días más para prepararme mejor», admitió a pie de pista, feliz por su victoria 29 consecutiva en Melbourne.