Sabalenka culmina un torneo perfecto, campeona en Madrid

Confesaba Swiatek que sus pocos partidos en Madrid le hacían difícil descifrar este torneo. Pero fue desentrañando el enigma con un acelerón en las rondas finales en las que solo se dejó cinco juegos en dos partidos (Martic 6-0 y 6-3, Kudermetova 6-1 y 6-1). Pero le costó el último acertijo, una Sabalenka favorecida por la altura de Madrid porque de esos 650 metros sacó potencia a raudales.

La bielorrusa fue a por todas desde el inicio. Era su juego, sus límites, sus ganas, su control. No dejó jugar a la polaca, que se empeñó en el primer set en golpear a los ángulos, pero sin mordiente y a media pista Sabalenka no perdonó ni una.

Era la final 24 para la bielorrusa, que pecó en su crecimiento hacia la élite de cierto descontrol, atropellada por sus propias ganas y dirigida por sus emociones más que por sus convicciones. Incluso con títulos en su vitrina, doce (New Haven y Wuhan en 2018, Shenzhen, Wuhan y Shuhai en 2019, Abu Dabi y Madrid en 2021, y Adelaida y Abierto de Australia en 2023) le costó creerse que se lo merecía, que era una de las mejores y que podía ganar a la mejor. Ya no.

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«Cambié un poco antes de Australia. Creo que aprendí a estar más calmada en la pista. Quizá es que me estoy haciendo mayor. Pero después de Melbourne, sí, todo era un poco diferente. Yo era diferente. Y mi relación con el tenis también. Ahora tengo mucha más confianza en mí», admitía la bielorrusa.

Convicción. Como la que saca en esta final de Madrid. Directora del encuentro con su derecha vertiginosa y un revés paralelo que hace daño a Swiatek, desplazada de su zona de confort, desequilibrada en sus intentos por liderar el punto. Porque también hay mucho atrevimiento en la estrategia de Sabalenka, incluso desde el resto, por lo que hace temblar la mano de la polaca, inestable desde el fondo. Todo lo que quería poner en juego Swiatek se lo desbarataba Sabalenka, puro músculo, pero controlado. Primer set en 42 minutos gracias a su empeño con el revés, al que acudió Swiatek para evitar la derecha, pero acabó por ser más letal que esta.

De Swiatek, no obstante, hay que esperar siempre lo mejor. Con 21 años, son 57 semanas como número 1. Trece títulos, de la categoría de dos Roland Garros y un US Open. 238 victorias y solo 59 derrotas. Defensa e inteligencia ante Sabalenka, a la que levantó un tempranero break en el segundo set y otro más en el tercero. Seguir ahí. Es su trigésimo partido en 2023 y solo el tercero en el que la obligan a jugar el tercer set. Ahí está el dato.

Sin embargo, esta Sabalenka no quería repetir el resultado de hace dos semanas, cuando perdió en Stuttgart ante la polaca. Este era otro partido, otra final, otra Sabalenka. Convencida para romper de nuevo el servicio de Swiatek en el noveno juego y lanzarse hacia delante con ese saque que tuvo la humildad de aceptar que no funcionaba. A partir de técnicas biomecánicas corrigió los errores y templó los nervios. Y aunque le costó cinco bolas de partido, por Swiatek y por los nervios, la dos del mundo coronó la cumbre. El cielo de Madrid en sus manos, por segunda vez tras la edición de 2021. Sabalenka ya se lo cree, vaya si se lo cree.