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Djokovic apaga a Norrie y jugará su cuarta final de Wimbledon consecutiva
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El serbio, que suma su victoria 27 consecutiva en Wimbledon, sube el nivel tras perder el primer set para dejar sin opciones al británico, héroe local
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Londres
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Estalla la grada porque Cameron Norrie se lleva el primer juego del partido, al resto, contra Novak Djokovic. Una heroicidad para cualquiera del circuito y mayor todavía porque es el héroe de la pista, encantada con un británico de nuevo en semifinales del ... Grand Slam londinense después de Andy Murray, en 2016. Y vuelve a estallar cuando consigue el segundo break ante el serbio. Las ilusiones se disparan. Es un 6-3 a favor del héroe local en 31 minutos.
Se sienta Djokovic cariacontecido, necesita una de esas charlas consigo mismo que lo hagan despertar. Al otro lado de la red hay un zurdo que no es Rafa Nadal, pero que lo desequilibra en el primer capítulo de la semifinal tanto como aquel. Con un estilo muy diferente, más apaciguado, menos contundente, más inocente, menos veloz, pero que consigue quebrar los esquemas del 3 del mundo. Sus golpes son directos, planos, apenas unos centímetros por encima de la red, pero la pelota que llega es más blandita, más alta, envuelta en un veneno que no sabe descifrar ni destruir. No desborda con su tenis y se ve desbordado por el aparente candor de Norrie, que disfruta como nunca en su primera gran semifinal y con una grada que le aplaude todo, que para algo es vecino.
Djokovic entiende que así no puede, no es suficiente lo planteado con lo que plantea Norrie, y sube el nivel. Esas cosas que hacen los mejores con absoluta facilidad, saber y poder ser mejor, mientras el resto de los mortales no tiene otra opción que salir al cien por cien siendo los mejores desde el vestuario si quieren, al menos, soñar con una oportunidad. Añade Djokovic la gorra a este segundo set y un buen puñado de aceleración. Al ataque, sin especular, adueñándose de los puntos, por fin acertado en su propuesta de velocidad y direcciones. Llegan las opciones de rotura, cuarto juego, sexto juego, octavo juego, break.
Apisonadora
Y en ese nivel, los turnos de saque comienzan a cerrarse en blanco, los reveses ya no se quedan en la red y las derechas ya no encuentran ninguna respuesta. Es un 6-3, un 6-2 y una rotura al inicio de cuarto set con una cascada de golpes ganadores, 37 al final del partido, reducidos por fin los errores que solo en el primer parcial se habían disparado a 14 y que en total suman 27. Ni un despiste a pesar de que el serbio no se encontró una grada precisamente amigable. Era consciente esta vez Djokovic, jugaba en territorio enemigo, contra rival local. Estaba asumido. De ahí que no hubiera apenas puños desafiantes ni desconexiones ante los aplausos hacia el rival, incluso en errores propios. Este es el Djokovic que quiere, que anhela, que marcha lanzado hacia su séptimo título, controlado hasta ese último juego que le permite a Norrie para que se lleve la ovación. No hay problema, cierra con el servicio, doce saques directos, y también, respeto siempre, se lleva el agradecimiento del público, que concede el prestigio de quien aquí se ha hecho dueño y casi rey ante la ausencia de otros que no se sabe si volverán a pisar esta pista.
Djokovic está en su salsa, en su pista, 38 triunfos consecutivos aquí, en esta central que conoce de maravilla. No pierde entre sus paredes desde la final de 2013 contra Andy Murray, y se entiende la racha porque las únicas derrotas que ha sufrido desde entonces fueron en la Pista 1, con Sam Querrey en 2016 y con Tomas Berdych en 2017. Y desde aquella retirada con el checo son, con esta, 27 victorias en Wimbledon, ocho finales, a un paso de su séptimo título, su Grand Slam 22. Aunque ahí está Nick Kyrgios, más serio que nunca para intentar el mayor reto actual de la hierba.
"No he empezado jugando muy bien contra un gran jugador. He jugado muchas otras semifinales de Grand Slam pero esta es diferente, porque había mucha presión por mí parte, muchas expectativas. Y Cameron Norrie no tenía nada que perder. Ha sido el día más caluroso del torneo, no tenía buenas sensaciones al principio con el golpeo, he tenido suerte al poder romperle en el segundo set. Es una buena racha, pero el trabajo no está terminado. Contra Kyrgios será seguro un partido de fuegos artificiales, es su primera final y está jugando muy libre, uno de los mejores servicios del circuito. Ojalá mi experiencia juegue a mi favor".
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