Tenis

Un inquebrantable Alcaraz resiste y remonta ante la osadía de Fritz

El español sufre ante el excepcional nivel del estadounidense, pero remonta y suma su segunda victoria en Turín, que lo acerca al número 1 y la semifinal, que se jugará el jueves ante Musetti

Alcaraz se blinda por la izquierda: un revés más afilado

Carlos Alcaraz Reuters

Laura Marta

Enviada especial a Turín

Resopla, resopla Carlos Alcaraz y se lleva la mano al corazón. Ha tenido mucho de eso esta remontada y victoria ante Taylor Fritz en la segunda jornada de la Copa de Maestros que lo acerca al número 1 y a semifinales. Todavía no ... está clasificado y tendrá que aplicarse el jueves ante Lorenzo Musetti, que sorprendió a Alex de Miñaur (7-5, 3-6 y 7-5). También ha habido mucho, muchísimo de sacrificio, físico y mental, orgullo y defensa numantina y murciana y de todos los colores para doblegar al estadounidense, por 6-7 (6), 7-5 y 6-3 en dos horas y 48 minutos. Un triunfo en el que apeló a la paciencia, al seguir ahí y encontrar, poco a poco, esos resquicios de debilidad que Fritz escondió muy bien durante dos horas.

Copa de Maestros

Fase de grupos

  • Carlos Alcaraz
  • 6 7 6
  • Taylor Fritz
  • 7 5 3

    Era el partido clave del grupo, contra un Fritz al que le van de maravilla estas condiciones rápidas, sin viento, sin obstáculos para su saque, para su catapulta infernal que tan buenos réditos le ha dado también este curso, 37 triunfos, en el que también ha afianzado su pedigrí entre los mejores. Clave el partido porque significa acercarse a la semifinal, y al número 1, y confirmar que ha venido a llevárselo todo, y a todos, por delante. Aunque haya que sacar resistencia de donde se pueda, ante un rival que ejecutó un plan casi a la perfección.

    Por eso empieza con un paso más adelante en esta pista de azul eléctrico, para meter presión al estadounidense, que tiembla al inicio. En la cabeza, ese partido de la final de Tokio de septiembre en el que no puedo desplegar ninguno de sus argumentos, siempre a remolque de lo que dictaba Alcaraz. También en Turín, que aguanta los saques con cierto margen para ponerse a liderar el punto desde ahí. Por eso decía el 6 del mundo que tenía que sacar bien; en cuando flojea, ahí está la derecha del murciano, rápida y despiadada como un látigo, que lo castiga a estirar su primer juego durante nueve minutos.

    Sabe Alcaraz que necesita apretar al resto, sobre todo cuando descubre que su primer servicio no está fino en esta sobremesa de martes, que no acierta a imponer su velocidad y Fritz se le sube y lo incomoda con restos largos y a los pies para tener las primeras opciones de rotura. Solventa el murciano, que trata de liberarse de la presión con un grito lleno de rabia, otros nueve minutos de segundo juego.

    Grita y grita el murciano, que está complicada la empresa, pero es ahora él quien se gana la opción de romper la dinámica. A pelea de derechas no es contundente, así que reacciona con ese golpe que tanta confianza le da, esa dejada preciosa y precisa que fulmina a Fritz en el tercer juego.

    Apelará más a ese golpe porque el estadounidense se rebela en la continuación y a él se le queda corta o muy larga la derecha, con la que comete un par de errores que devuelven el partido el equilibrio. Un 2-2 en media hora que dice mucho de que esta pista no es la vertiginosa de otros años, que hay muchos intercambios y se puede defender desde el resto hasta los ataques a ambas esquinas, que es un espectáculo de partido.

    Y empieza el sufrimiento. Alcaraz, sin primer servicio ni derecha fiable. Sobrevive a sus propios errores, a dos opciones de rotura en contra y hasta hay un revés a una mano a lo Federer que lo anima un instante. Pero Fritz consolida su primer saque y ya parece más difícil de derribar. Así que toca reagruparse y aceptar que tiene que sacar la magia, la confianza, ese nuevo revés paralelo largo. Resopla y resopla el murciano. Cuando es Fritz quien lo vuelve a desbordar y a presionar, cuando logra el punto 'in extremis', con 'ace', con revés paralelo y revés cruzado, para un 5-5 en una hora de juego.

    Fritz vuela en blanco hasta el 'tie break' y aún tiene chispa para meter más presión a Alcaraz, al que no le salva el primer servicio y tiene que inventarse un buen segundo y red para citarse en el desempate.

    Ahí, el resto del estadounidense hace de las suyas en el temple de Alcaraz, que, quizá con demasiada presión por el número 1, tiene la muñeca comprimida, no sale nada y es un set en contra que lo obliga a un esfuerzo superior, y contra un Fritz envalentonado.

    «Aguanta el tirón», le grita su hermano al inicio del segundo set. Sufre y sufre y sufre ante los restos del estadounidense y con sus propios desaciertos, que la derecha sigue renqueante. Aprieta y aprieta Fritz, que va con todo con su altura y esa facilidad para agachar la espalda. Presiona y presiona y Alcaraz se salva del 2-3 en contra con un punto de los suyos, de defensa, de fe, de dedo a la oreja para intentar animarse. Y son 12 minutos para salvar su propio saque, porque los restos van a los pies o son imposibles de alcanzar y hay que trabajar y trabajar y trabajar y hasta mirar hacia el cielo buscando soluciones y dando las gracias cuando por fin consigue atrapar el 3-3.

    Es un punto de inflexión, al menos en cuanto a velocidad de los juegos, porque en menos de un minuto suma Fritz el séptimo, en blanco, y en minuto y medio suma el suyo Alcaraz, también en blanco. Ha minimizado los errores el murciano, y ahora se trata de aguantar que el rival empiece a flaquear, que su plan, buen saque, amenazar con el resto y liderar cada punto y que le está saliendo de maravilla, empiece a tener errores, aunque se siga sufriendo en el camino.

    Por delante en el marcador, la resistencia murciana ve premiado su esfuerzo con un impulso en el ánimo y con el saque, porque es un 6-5 en blanco. Y ahí, la magia de uno y el por qué es campeón de seis Grand Slams, y por qué el otro todavía no ha alcanzado ese nivel. Fritz, el mismo Fritz que ha vapuleado a su adversario con lo saques durante dos horas, flaquea en esta última subida al 'tie break'. Sin primeros, con errores de bulto y con un Alcaraz que hincha el pecho cuando lleva el partido al tercer set.

    Sigue la igualdad, pero ni Fritz es tan dominador, ni Alcaraz está ya tan agobiado. Después de tanto sufrir, al liberación, el Alcaraz que vuela por la pista y desfrunce el ceño, el que demuestra que está aquí para ganarlo todo: el número uno y el trofeo de Maestros. Porque derriba por fin a Fritz en el tercer juego y destroza su plan con el tenis de siempre, del que lo ha hecho ser quien es. Puro espectáculo. Por qué no divertirse después de haberlo pasado tan mal. Suma un juego y otro y otro y aun se gana al opción de cerrar el partido al resto, ante ese saque de Fritz, sí. Pero hay un último aliento del estadounidense que se marcha ovacionado por la entrega, pero con la rodilla hincada después de ser superior durante buena parte del choque. Esto es lo que sucede cuando se juega ante este Alcaraz que ha llegado con todo a este último torneo ATP. Y que está a una victoria de ser número 1.

    "Todo puede cambiar en un punto. He sabido restar su saque muy bien y he tenido bastantes 'break points' en el segundo set; estaba todo muy igualado, con algunas bolas que él ha desperdiciado y que me han permitido seguir ahí. Con el 6-5 tengo el 'break point', ese ha sido el punto de inflexión, me dio confianza para seguir concentrado y fuerte mentalmente y me deja entrar mejor en el tercer set. Muy feliz de haber aprovechado esa pequeña oportunidad, porque todo ha ido hacia mi lado a partir de ahí", resopla después. "Estoy muy feliz, he sabido volver y encontrar mi buen tenis. Ha habido un momento en el que estaba muy cansado y que no sabía qué tenía que hacer. Taylor estaba sacando muy bien, jugando muy bien. Solo podía aprovechar las oportunidades que me daban", prosigue.

    Granollers y Zeballos, obligados a ganar el último duelo

    Marcel Granollers y Horacio Zeballos tendrán que esperar a la tercera jornada para confirmar su clasificación a la semifinal tras caer ante los italianos Simone Bolelli y Andrea Vavassori por 7-6 (4) y 6-4. Una derrota que los obliga a ganar el último duelo de las ATP Finals de dobles el jueves.

    Los italianos firmaron números destacadísimos con el saque, que mantuvo la igualdad en el primer set, con un Granollers muy atento siempre en la red, que llegó a salvar una bola de rotura antes de que llegara el desenlace del 'tie break'. En ese desempate, la suerte, pues una pelota tras una volea a bote pronto de Vavassori lamió la cinta y cayó muerta al otro lado de la red.

    Este chasco después de una gran batalla mermó las energías de la pareja hispano-argentina, que cedieron enseguida su servicio y ya no pudieron remontar, lo que los obliga a ganar el último partido a los británicos Julian Cash y Lloyd Glasspool si quieren alcanzar las semifinales.

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