Alcaraz, un estreno a lo número 1

Aunque el tenis no son solo números, el partido de Alcaraz se puede medir muy bien por ellos. En el primer set ganó el 90 % de los puntos con su primer servicio, impactó cinco golpes ganadores y cometió dos errores no forzados (22 minutos); en el segundo parcial, a pesar de un 50 % de efectividad con el primer saque, ganó todos los puntos disputados con ese golpe (32 minutos). Conectó diez ganadores y cometió solo un error.

En el tercero, hubo bastante más batalla. Más suelto Chardy, incluso rompió el saque del español, lo obligó a un poco más. Algo que casi necesitaba Alcaraz para saber que necesitará ir poniendo el cuerpo cada vez más a tono en este torneo. El servicio sigue estando entre los deberes pendientes, pero fueron 19 golpes ganadores y once fallos.

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«He jugado muy bien al principio del partido. En el tercer set ha mostrado su nivel, pero he conseguido jugar grandes intercambios. Estoy contento de jugar a un gran nivel y de pasar a la siguiente ronda», explicó el español.

Así se ha plantado el español en Wimbledon, como número 1 en la pista 1 (no la central) y con todo más que listo para atacar el tercer Grand Slam del año. Asentado en la hierba y con confianza por ese primer título logrado en Queen's hace una semana, quita dudas sobre su físico, que ha mimado estos días previos con vendaje en el abductor de la pierna derecha y menos entrenamientos en pista.

Para empezar, contundencia en el estreno, siempre complicado para todos los tenistas, más si este es solo el duodécimo partido en hierba que se juega, aunque enfrente esté un Chardy, 36 años y 542 del mundo, que se despide aquí y hoy del tenis después de toda una vida dedicada a la raqueta.

No le dio demasiado juego al inicio, muy forzado el francés ante todos los golpes del español, incapaz de aguantarle el peloteo y tampoco lleva la iniciativa del punto durante demasiado tiempo. Flaquezas de uno (10 dobles faltas), pero también provocadas por las fortalezas del otro, muy seguro Alcaraz con su derecha, con su volea y con su movimiento de pies, siempre rápido para lanzarse sobre la pelota al ataque.

En el tercer set, a Alcaraz le entraron ganas de terminar cuanto antes. Y esas ganas también espolearon al francés, que comenzó a verle alguna grieta. Forzó su servicio (dos dobles faltas) y lo llevó a tener que remontar un 2-4. Buen ejercicio para el español, que supo respirar y plantarse con un poco más de intensidad en los peloteos del fondo para levantarse del susto.