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Ferrer rompe su techo en Roland Garros
El alicantino doblega a Murray y alcanza por primera vez las semifinales en la arcilla parisina. Le espera Nadal
GUILLERMO D. OLMO
Hace tiempo que se lo merecía y por fin lo consiguió. David Ferrer jugará por primera vez en su carrera una semifinal de Roland Garros tras imponerse en cuatro sets (6-4, 6-7, 6-3 y 6-2) al escocés ... Andy Murray . El alicantino fue superior en un duelo de desgaste, que tuvo que ser interrumpido por la lluvia, y se ganó el derecho a medirse con el incontestable rey de la tierra parisina, Rafa Nadal, que se deshizo de Nicolás Almagro .
Fue un partido trabado el del alicantino con el escocés. Son dos tenistas de los que se agarran a la pista y no claudican hasta no estar exangües, dos tipos correosos de los que no renuncian nunca.
Comenzó ambicioso Ferrer, haciendo moverse al escocés y dominando desde el fondo de la pista. En el cuarto juego ya le hizo el primer break y mantuvo la ventaja hasta apuntarse la primera manga. Murray no se encontraba y, salvo cuando conectaba algún revés paralelo ganador, se pasaba los puntos corriendo detrás de la bola. La clave del predominio de Ferrer fueron sus escasos errores, la mitad que los de su adversario, al que le podía la ansiedad.
En el segundo set se mostró más consistente el británico y, llegados al tie break, sacó lo mejor de su repertorio en los puntos decisivos y logró igualar a un set. Cuando mejor se encontraba Murray comenzó a llover y fue necesario hacer un parón de una media hora, del que regresó mucho más concentrado el jugador español. En los juegos siguientes cimentó su victoria en el tercer set, que a la postre se revelaría un punto de inflexión. Al final, Ferrer, incombustible, con pocos puntos ganadores, pero con menos errores todavía se impuso 6-3.
Murray perdona
Al tesón del levatino le ayudó no obstante el desacierto de Murray cuando mejor pintaban las cosas para él. Fue capaz de romper el saque de Ferrer hasta en cinco ocasiones, pero otras tantas veces perdió él el suyo en el juego siguiente. Increíble.
Así, primando el resto sobre el saque se llegó al cuarto set. Ferrer se lo adjudicó con un contundente 6-2. Dominado por la ansiedad y enrabietado por la falta de continuidad de su juego y todas las veces que le había perdonado la vida a su rival, Murray se fue evaporando. Mientras Ferrer siguió a lo suyo. Como una hormiguita, apuntándose puntos a base de no fallar y exhibiendo toda la paciencia que le faltaba a su oponente. Así consiguió su billete para una semifinal. Nunca había llegado tan lejos. Allí le espera Nadal. Palabras mayores.
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