Ferrer alcanza cuartos de final de Wimbledon por primera vez en su carrera

Con su estatura de 1,98 metros, Del Potro ha pagado con una inusitada cosecha de errores no forzados su rigidez física y mental. Y su portentoso saque no le ha servido esta vez ante un Ferrer que, restando infatigablemente cada servicio, poniendo la raqueta como hiciera falta para ello, le ganaba con comodidad el peloteo posterior. El alicantino ha estado omnipresente. Proyectando una sombra poderosa en una pista que ha aplaudido al unísono al conocerse el pase a la siguiente ronda de Murray tras derrotar al croata Marin Cilic. Las dos eliminatorias fueron pospuestas el lunes por la lluvia, una constante en esta segunda semana de torneo que ha obligado a retrasar el inicio del Ferrer-Del Potro durante 40 minutos para desplegar la cubierta mecánica en la central.

Ya con luz artificial, el español se ha beneficiado del empujón a su saque que le daba el microclima de la pista cubierta y, sobre todo, de la relativa desaceleración del bote de la pelota, que le ha ayudado con sus implacables restos . Sus piernas ponían la raqueta allí donde hiciera falta, y su cabeza ha hecho el resto: inteligencia y picardía en el juego defensivo, forzando al argentino a perder puntos que tenía ganados, y solidez y contundencia en el ofensivo.

Tras ganar el primer set en 41 minutos, Ferrer ha desarmado a su oponente rompiéndolo dos veces el servicio en el segundo. Del Potro, con molestias en la rodilla, las pegaba larga hasta la grada, fallaba en las voleas, saltaba por encima de su silla cuando el alicantino, con una gran colocación , le sacaba de la pista. En el tercero ha disminuido la intensidad y eficacia de Ferrer, y el partido ha dado peloteos largos que han emocionado al público, “presidido” en la grada real por el matrimonio Middleton, los padres de la Duquesa de Cambridge. Pero dos horas le han bastado al mejor Ferrer para deshacerse de un rival presuntamente incómodo, que apuntaba a un encuentro más largo y reñido.

Ferrer ve premiada así, a sus 30 años desde un encomiable quinto puesto en el ranking de la ATP, una carrera basada en el esfuerzo que le coloca así en el podium del tenis español, al convertirse en el tercer tenista, junto a Nadal y Ferrero, que alcanza los cuartos de final en todos los grand slam.