Nadal, a por los 14 de Sampras

Nadal lo tiene todo a su favor si uno atiende a las estadísticas. En el cara a cara con Wawrinka, deslumbra ese rotundo 12-0, que además desvela que el español ha ganado los 26 sets. Wawrinka ha estado alguna vez muy cerca, pero nunca le ha bastado para revertir una situación repetitiva.

El número uno, que se asegurará la plaza para rato porque sólo suma y Djokovic perdió de forma precipitada en cuartos , no quiere confiarse y descarta cualquier mención a esas cifras. «Las últimas veces no me ha ganado un set por suerte. Tiene un gran nivel, luce un mejor servicio, fantástico, y desde el fondo es muy consistente con grandes golpes. Es un rival que te exige al máximo. Soy consciente de que es un jugador diferente a lo que me he encontrado hasta hoy», comentó.

Es verdad que Wawrinka está desatado, tan fiable en este inicio de año que en el tramo final de 2013. Participó en la Copa de Maestros por primera vez, alcanzando las semifinales , y ya tiene el título de Chennai esta temporada. «Está jugando mejor que nunca. Le vi contra Novak y contra Berdych . Es además un buen tipo y amigo. Estoy feliz de que esté en la final. Lo merece porque está jugando mejor cada día», añadió Nadal.

Sabe, sin embargo, que tiene que hacer para morder su decimocuarto grande. Ha ido de menos a más en Melbourne y en semifinales, contra Roger Federer , completó su mejor actuación, decidido en los intercambios. «Tendré que ser agresivo, con esa intensidad alta del día de Federer, buscando la bola adelante, cambiando direcciones, buscando posiciones incómodas para él».

Ya nada frena a Nadal en su trayecto hacia el edén. Quiere, además, equipararse a Roy Emerson y a Rod Laver, que sumaron al menos dos veces todos los majors. Pero él sería el primero de la Era Open, lo que le convertiría en un tenista irrepetible si no lo es ya. «Ojalá el domingo se pueda hablar de eso. Sampras ha sido de los mejores de la historia, no me imaginaba ganar 13 grandes, voy a intentar estar al cien por cien para luchar por el 14. Pero empezar el año con victoria en Doha y final aquí es fantástico», resume antes de la batalla.

Ya no le molesta tanto la ampolla de la mano izquierda, que le llevó por el camino de la amargura en sus partidos contra Kei Nishikori (octavos de final) y Grigor Dimitrov (cuartos). Cada vez siente más la pelota y se calienta justo antes del momento decisivo, indiscutible esa capacidad única para ganar finales.

Wawrinka, por su parte, tiene muy poco que perder. Sus opciones pasan por ser agresivo y por controlar las bolas altas que le enviará Nadal desde el otro lado de la pista. El helvético, que pasará a ser tres del mundo si gana y cinco si pierde, tiene el que es, probablemente, el mejor revés a una mano del circuito, un auténtico espectáculo. Más fino y encendido, está ante su día grande. Es un domingo mayúsculo.