David Muñoz se impone en Motegi y José Antonio Rueda, segundo, puede proclamarse campeón en Indonesia

La de Motegi, como todas las carreras de la categoría pequeña, tuvo mucha miga. Tantas historias como alternativas. La lideró Kelso al comienzo, con Rueda, el poleman, dejando hacer a sus rivales mientras la carrera iba tomando temperatura. La aparición de la lluvia cambió las condiciones y fue ese el momento en el que David Muñoz, en lugar de nadar y guardar la ropa, dio el paso al frente y se situó en cabeza. Luego él, en declaraciones a DAZN, definiría esa determinación suya de una forma muy gráfica. Rueda perdió algunas posiciones, pero el indiscutible líder de Moto3 ya ha demostrado muchas veces a lo largo del año que no sólo es capaz de dominar carreras desde la primera plaza, sino también gestionar y superar situaciones más complejas. Siempre acaba delante, con los mejores, y así se explica también este sólido liderato que lo tiene a las puertas de la gloria.

Mientras la carrera se fue estirando y Muñoz consolidándose en la primera plaza, David Almansa se iba al suelo tras una remontada muy meritoria desde el fondo de la parrilla y también Piqueras, que se reincorporó pero ya sólo le alcanzó para ser undécimo y decir prácticamente adiós a sus opciones mundialistas. Sin que nadie le discutiese al escapado Muñoz el tercer triunfo de su vida en la categoría, la pelea por los otros puestos del podio centró las miradas. Y ahí sobresalió Rueda, que pasó de la cuarta a la segunda posición superando en los dos últimas vueltas a Perrone y Quiles, con el murciano acabando tercero tras defenderse en una de las últimas chicanes del intento de asalto del argentino.

Así de feliz se mostraba Muñoz tras la victoria: «Muy contento con todo el trabajo del fin de semana. En la qualy del sábado no se vio reflejado, pero tenía el ritmo. He ido de menos a más en la carrera. Rueda venía fuerte en las últimas vueltas y se me ha quedado un poco el pie dormido de reducir. Estoy contento. Tenía controlada la distancia y sabiendo que quedaban pocas vueltas no me podía relajar un poco para poder ganar. Cuando he empezado a tirar también llovía un poco y he dudado si seguir o no. Tenía mucho que ganar y poco que perder. Era importante acabar la carrera y hemos ganado. Vamos a por más», comentaba a DAZN.

A Rueda se le reflejaba en el rostro la sonrisa de campeón. Ya es indisimulable porque falta muy poquito para coronarse. «Súper contento de estar aquí tras un domingo complicado en el que cada curva era distinta porque había zonas en las que llovía más y zonas en las que llovía menos. Y en cada vuelta iba cambiando. Había que saber dónde apretar y dónde no sin caerte porque en estas condiciones era muy fácil cometer un fallo. Cuando he visto el momento de apretar, he apretado y he ido concentrándome en la última vuelta para ponerme segundo y apretar al máximo frenando un poco por todos lados para quedarme ahí», resumía el palaciego, que siempre se acuerda de los suyos: «Gracias al equipo, a mi familia y toda la gente que me apoya. Este tipo de carreras me suelen costar, pero la he gestionado bien y me voy contento. Gracias a Dios por el podio y ya veremos en la siguiente carrera, cómo va el fin de semana. Seguimos trabajando como lo hemos hecho desde principios del año. Ya es inevitable pensar en eso...», decía, sonriendo, cuando se le informaba de las cuentas para sentarse en el trono de Moto3.