esbozos y rasguños
Los ciegos y el elefante
«Con Ramos ocurre algo similar a esos artistas a los que siempre se les exige la misma canción, en este caso es la del minuto 93. Su recuerdo es tan fuerte que nos embota la memoria»
Lo tiro yo
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Iniciar sesiónA veces parece que la foto del cabezazo de Sergio Ramos en Lisboa es tan poderosa que ha terminado eclipsando una trayectoria espléndida, que no inmaculada. ¿Puede uno llegar a ser prisionero de su mayor éxito? Con Ramos ocurre algo similar a esos artistas a ... los que siempre se les exige la misma canción, en este caso es la del minuto 93. Su recuerdo es tan fuerte que nos embota la memoria.
Pero ese instante no fue más que la consecuencia lógica de una trayectoria destinada desde el primer día a la eternidad. La primera vez que lo entendí fue en un tristón partido contra el Getafe, ganado por la mínima, en el que Sergio Ramos recorrió todo el campo y se esnafró contra el poste para marcar un gol. Fue esa mezcla de pundonor, insensatez y hambre lo que me convenció de estar ante algo especial.
Ahora, sin embargo, tengo la impresión de que no se le recuerdan tan a menudo sus partidos en Múnich (aquellos dos goles cruciales en el Allianz), sus actuaciones impecables antes los mejores delanteros de Europa, su gol en el Camp Nou que inició la remontada de Capello, su madridismo.
Tal vez sea todavía temprano y no tengamos la suficiente distancia. Una parábola india cuenta la historia de un pueblo donde había seis ciegos. Un día llega un animal extraño: un elefante. Cada uno de los ciegos se aproxima al paquidermo para palparlo desde un lado distinto: la trompa, los colmillos, la pata, la oreja, el lomo. Y cada uno llega a una imagen mental distinta de lo que es un elefante.
Ahora cada madridista, cada sevillista, cada rival tiene una imagen diferente de Ramos: es el de Lisboa, es el del penalti a las nubes, es el que se fue dando un portazo, es el marido de Pilar Rubio, es el hermano de René, es el héroe de la selección, es el de las expulsiones, es Canelita, Churu y Serrecuatro, es el de la tarjeta contra el Ajax, es el de las grandes noches europeas, es el que se marchó, es el que volvió, es el que se lleva aplausos e insultos en el Bernabéu.
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